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Juicio a cuatro policías por apalear en el calabozo a varios detenidos

El fiscal pide a los agentes dos años de cárcel y su inhabilitación

La juez de instrucción número 3 de Madrid, Carmen Sánchez-Albornoz, ha decidido sentar en el banquillo a cuatro policías nacionales acusados de golpear en los calabozos de la comisaría de Centro a cuatro jóvenes que estaban esposados con las manos a la espalda. El fiscal reclama para los agentes, por delitos contra la integridad moral, una pena de dos años de cárcel y otros cuatro de inhabilitación.

Los acusados son los agentes Marcos A. A., Jorge F. P., Julián S. S. y María José G. I. El fiscal señala que detuvieron a cuatro jóvenes -Pedro R., Helios E., Miguel F. y Juan F. M.- tras unos altercados ocurridos el pasado 29 de septiembre en la zona de Tirso de Molina. Y que, una vez en comisaría, con los detenidos esposados por la espalda y sentados en un banco, fueron agredidos. Según el fiscal, el agente Marcos A. A. "golpeó con su defensa reglamentaria a Helio E. y le tiró al suelo, donde siguió dándole golpes"; el agente Jorge F. "golpeó a tres de los detenidos cuando éstos estaban esposados"; el también acusado Julián S. "golpeó con patadas, tras tirarles al suelo", a los detenidos "Pedro R., Juan F. M. y Helio E. (a este último, además, le obligó a ponerse de rodillas y estar así 20 minutos)".

A María José G., el fiscal la acusa de "arrastrar a Pedro R. por el suelo, tirándole del pelo, y de abofetear y mofarse de Helio E.". Según el fiscal, dos de los detenidos precisaron asistencia médica. Los agentes han negado las agresiones y aseguran que los detenidos cometieron graves altercados y se resistieron a la detención.

"Torturas"

Los abogados de la acusación particular califican los hechos de "torturas" y exigen penas que suman 12 años de cárcel y 48 de inhabilitación para cada uno de ellos.

El abogado de Helio E., de 18 años, asegura que su cliente quedó con una amiga la noche del 29 de septiembre en la plaza de Tirso de Molina. Y que al llegar allí observó "un pequeño revuelo en una de las esquinas". Se acercó al lugar y vio a varios policías golpear a Juan F. M. mientras éste se encontraba en el suelo, y contó que se oían gritos de ciudadanos reprochando la acción de los agentes. Él se sumó a los reproches y se apoyó en el cristal delantero del vehículo policial, "desprendiéndose uno de los limpiaparabrisas". Según la versión de Helio E., tras ser golpeado en el suelo, fue "esposado e introducido en el mismo vehículo que Miguel F., a quien no conocía de nada". Helio asegura que el mismo policía que le detuvo en Tirso de Molina le golpeó y pateó nada más llegar a la comisaría. Fue conducido a un pasillo, donde ya estaban Miguel F. y Juan F. M., así como varios policías que les golpeaban. A él le obligaron a ponerse de rodillas en una esquina, "mirando a la pared". "Después, llegó un policía", relata, "me tiró al suelo y la emprendió conmigo a patadas y puñetazos, y me apretó del cuello hasta que notó que me ahogaba, al tiempo que me decía: '¿Sabes que puedo hacer contigo lo que quiera...?".

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Helio afirma que su castigo no acabó ahí: "Luego me llevaron de nuevo al pasillo y me esposaron a un banco". Entonces, según Helio E., apareció la agente María José G., quien le golpeó y le insultó.

Horas después, los detenidos fueron conducidos a la comisaría de Arganzuela, donde ya "no volvieron a golpearnos", cuenta Helio E. Y desde allí, al juzgado de guardia, donde el médico forense les apreció lesiones.

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