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El Consell facilita al arzobispado la creación de la Universidad Católica

La nueva institución sólo precisa de un decreto del Gobierno

La decisión del Consell de legalizar las carreras puestas en marcha por Edetania (a un cuatrimestre del final de curso) y, lo más controvertido, la autorización para implantar una titulación técnica de envergadura como Ciencias del Mar (requisito sine qua non para su conversión en universidad) elimina de golpe cualquier traba al proyecto del arzobispo Agustín García-Gasco. Con sólo un decreto, el futuro presidente de la Generalitat, en junio, tendrá poco margen para no autorizar a una segunda universidad privada.

Entre los múltiples acuerdos del pleno, enlistados el martes por la consejera portavoz del Gobierno valenciano, Alicia de Miguel, hubo uno que prácticamente pasó desapercibido: la autorización de la adscripción de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de la Fundación Edetania (dependiente del arzobispado) a la joven Universidad Miguel Hernández de Elche, anunciada justo 24 horas antes de la celebración de sus primeras elecciones democráticas desde su creación en 1996 (que inauguraban formalmente la ruptura con el cordón umbilical que le ha unido durante seis años con el Gobierno y le otorgaban la plena autonomía).

Lejos de estos matices, el Consell optó el martes por apurar las últimas horas de paternidad y anunció una decisión controvertida que da vía libre a la constitución de una segunda universidad privada en la Comunidad Valenciana, en un momento de franca recesión de la matrícula universitaria, e impulsada en solitario por el Arzobispado, al margen de la consolidada Universidad Cardenal Herrera-CEU, de larga trayectoria estatal.

"La autorización ha sido más política, que técnica", coinciden fuentes de tres equipos rectorales consultados, a quienes no se les escapa la trascendencia del gesto. "Con esta autorización, el Consell cede a las presiones del arzobispado y "elimina de golpe cualquier traba o interpelación del Consejo Interuniversitario, dando vía libre a la reconversión de Edetania en universidad, al aprobar en el mismo paquete la implantación de una carrera técnica (imprescindible para culminar el proceso) sin que el sistema universitario conozca el proyecto".

El sorpresivo aval del Consell al proyecto largamente acariciado por el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, nace al margen de la comunidad científica y académica, teñido de una opacidad de origen. El desconocimiento total del proyecto, ya provocó una airada polémica el pasado 5 de noviembre cuando el director general de Universidades, Salvador Forner, planteó la adscripción de cuatro titulaciones que se estaban impartiendo al margen del Sistema Universitario Valenciano y que, además, compiten de lleno con las ya establecidas, agravando un problema añadido en un momento en que el número de alumnos matriculados ha caído un 25 %.

"Debe de ser un error", reflexionó en voz alta el rector de la Universidad Cardenal Herrera-CEU, José Luis Manglano, en esa reunión del Consejo Interuniversitario, ya famosa, en la que ninguno de sus colegas rectores presentes, Justo Nieto, Francisco Tomás y Francisco Toledo, daba crédito a lo que Forner acababa de poner sobre la mesa con gran naturalidad.

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No fue un "error". A la profusa difusión realizada entre noviembre y diciembre desde la propia Fundación Edetania y, sobre todo, por el propio director general en el sentido de que la "aprobación" de las titulaciones era inminente, "antes de Navidades", siguió "un apagón informativo en el sentido literal", reconocen fuentes universitarias y de la propia Administración educativa.

Desde el arzobispado se dieron instrucciones de no contribuir al debate desde Edetania y de informar sólo desde la agencia de noticias eclesiástica, Avant. Ayer este periódico fue testigo de la literalidad de la secuencia, al intentar sin éxito que el presidente de la Fundación Edetania, José Alfredo Peris, explicara el proyecto académico y científico de la futura universidad católica privada. Dos atributos, que según las fuentes consultadas, han abierto un cisma entre la comunidad académica cristiana, conocedora de que el CEU ofreció hace año y medio "la posibilidad de estudiar un proceso de integración de ambas instituciones, tras comprobar que jurídicamente una privada no puede adscribir a otra". No ha trascendido que hubiera respuesta alguna por parte del equipo del Arzobispado.

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