La Universidad de Granada amplía tres años más el proyecto de identificación de personas
El Ministerio del Interior destinará 156.000 euros al desarrollo de la iniciativa
El programa Fénix de identificación de personas desaparecidas mediante análisis de ADN seguirá en marcha tres años más. Después de haber identificado en los últimos tres años a 32 cadáveres de los que se desconocía su identidad, el Ministerio del Interior y el rector de la Universidad de Granada, además de los representantes de varias fundaciones que mantienen financieramente el programa, han ratificado la pasada semana la continuación del convenio que dota el proyecto con 156.000 euros durante los próximos tres años.
El trabajo durante estos tres primeros años de funcionamiento del programa Fénix ha consistido en la recepción en el laboratorio granadino de muestras de 400 cadáveres no identificados y de 200 muestras de personas a las que se suponía familiares de esos fallecidos desconocidos. A unos y otros se les ha hecho análisis de ADN y, una vez cruzados los datos, se ha conseguido encontrar esas 32 identificaciones positivas. El responsable científico de este programa es el doctor José Antonio Lorente Acosta, profesor del departamento de Medicina Legal y Forense de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada y responsable del Laboratorio de Identificación Genética de la universidad granadina. El papel del Ministerio del Interior, a través de la Guardia Civil, es la recogida de muestras de los cadáveres no identificados.
El número de fallecidos sin identificar en España fluctúa entre los 2.000 y los 2.500. La cifra de denuncias, sin embargo, supera las 8.000. La indeterminación en el número proviene, según Lorente Acosta, de la duplicación a veces de las denuncias por desaparición de las personas ante la Guardia civil y la Policía Nacional y porque, en otras ocasiones, la alegría de la aparición del desaparecido hace que las familias no retiren la denuncia.
Si en los primeros tres años de puesta en marcha del programa se ha conseguido 32 identificaciones positivas, el doctor Lorente Acosta está convencido de que estas identificaciones aumentarán en progresión geométrica en esta segunda fase, a medida que vaya aumentando la base de datos de ADN de fallecidos y de supuestos familiares. Otra de las dificultades a las que se enfrenta este proyecto es la reticencia de los miembros de la familia a aceptar que su familiar desaparecido puede estar muerto, lo que les frena a la hora de ceder su saliva para el análisis de ADN. El doctor Lorente Acosta insiste en que, en cualquier caso, conocer la verdad siempre es algo positivo: "Si el fallecido no es su familiar, no ocurre nada; si lo es, pueden darle un enterramiento adecuado".
El proyecto Fénix, pionero en el mundo, está en expansión. El doctor Lorente ha asesorado a los gobiernos de Colombia, México y Chile en la puesta en marcha de sus proyectos Fénix particulares. En estos casos, la tarea es mucho mayor. El doctor explica que en Perú se estiman en 8.000 los fallecidos sin identificar; 1.200 en Chile, muchos de ellos de la época del dictador Augusto Pinochet y alrededor de 20.000 en México.
La memoria histórica
El programa Fénix ha dejado expresamente fuera de sus objetivos los desaparecidos de la Guerra Civil, pese a que en los últimos meses se hayan desenterrado algunas fosas comunes en las que descansaban los cuerpos de muchos de los represaliados en la contienda nacional para tratar de identicar los cuerpos. Así es desde que se constituyó el programa originalmente hace tres años y así se ha ratificado esta semana en Madrid que seguirá para los próximos tres años. El motivo, según el doctor José Antonio Lorente Acosta, responsable científico del programa Fénix, es que el costo de asumir los posibles muchos cientos de análisis era demasiado alto para el dinero con el que arrancaba el proyecto. Sin embargo, el propio doctor Lorente y su laboratorio sí están colaborando de modo altruista con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, constituida para intentar sacar a la luz todas las fosas comunes de la Guerra Civil Española e identificar al máximo posible de cadáveres.
El doctor Acosta extrajo se desplazó semanas atrás para conseguir muestras de varios de los cadáveres de la primera fosa común hallada en la provincia de León. Con las muestras de los cadáveres y de sus supuestos familiares, el laboratorio granadino pondrá la primera luz sobre los olvidados de la Guerra Civil.
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