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Un hombre entrega a su hijo a la Guardia Civil como supuesto autor de un crimen

El padre sospechó al ver ropa ensangrentada y una enorme navaja en la mesilla del joven

Un vecino de la localidad barcelonesa de Martorell entregó el domingo a su hijo, Raúl Jiménez, de 23 años, después de convencerle de que confesase que había apuñalado a un hombre. Los padres sospecharon al ver ropas manchadas de sangre en su lavadero y una enorme navaja (supuestamente el arma homicida) en la mesilla de noche del joven, que quedó detenido al comprobar la Guardia Civil que los detalles que explicaba el padre coincidían con los datos que tenían sobre la muerte de un camionero apuñalado la madrugada anterior. El hijo declaró anoche ante el juez.

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El crimen se produjo poco antes de las seis de la madrugada del domingo en un descampado situado entre la calle de Mercè Rodoreda y la avenida Camí del Fondo. Según la hipótesis que baraja la Guardia Civil, poco después de las tres de la madrugada, P. J. C. J., de 47 años y conductor de un tráiler de su propiedad cargado de automóviles (en Martorell se encuentra la factoría de SEAT), decidió aparcar y dormir unas horas antes de echarse de nuevo a la carretera.

Cuando estaba descansando, supuestamente, Raúl Jiménez entró en la cabina para robar. Al oír el ruido, el conductor se despertó y salió tras él. Jiménez le atacó entonces y le dio varias puñaladas. Dos de ellas le entraron por la espalda y le atravesaron el pulmón. Otras le alcanzaron un ojo, la oreja, las manos y la cara, probablemente causadas cuando intentaba cubrirse. La agresión fue muy violenta y la víctima quedó tendida a escasos metros del camión. A los pocos minutos murió desangrada. El arma empleada, que luego entregó el padre a la Guardia Civil, es una navaja con una hoja de 17 centímetros y una empuñadura de 13 centímetros.

Tras cometer el crimen, el joven regresó a su domicilio, pero no se deshizo ni de la ropa manchada de sangre que le delataba ni del arma empleada. Ese detalle y la violencia con la que atacó a su víctima hace pensar a la Guardia Civil que el agresor pudo actuar bajo los efectos de las drogas o el alcohol. Raúl Jiménez depósito la ropa ensangrentada en el lavadero de la casa en la que vive con sus padres y dejó la navaja ensangrentada en la mesita de noche.

Los padres sospecharon que su hijo había tenido algún problema y sus sospechas crecieron al enterarse de que un vecino había hallado el cadáver de un hombre acuchillado. Según el relato del padre, el hijo negó los hechos en un principio. Los padres tardaron varias horas en convencerle de que era mejor que se entregara. Finalmente lo lograron y el padre decidió llevarlo él mismo al cuartel de la Guardia Civil más próximo. Eran las 18.40 horas del domingo.

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Raúl Jiménez no tenía antecedentes policiales. La Guardia Civil considera que actuó solo y tiene la certeza de que todos los navajazos fueron cometidos con la misma arma. El conductor tenía familia en Martorell pero recientemente había sufrido varios robos en su camión y por eso decidió dormir en la cabina. Una precaución que paradójicamente le costó la vida.

El agresor fue llevado anoche ante el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Martorell, informa Miquel Noguer.

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