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Tribuna:CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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En torno a la terminología científica

El creador del término clon, Herbert J. Webber, expuso las condiciones que consideraba importantes en la creación de los términos científicos al introducir esta palabra. 'Las palabras que esperamos que deben ser generalmente usadas... deben ser cortas, eufónicas... fáciles de pronunciar y distintas de cualquier otra palabra en su uso ordinario de modo que no sugiera ningún otro significado que el deseado'. Este término fue creado en 1903 para describir una colonia de organismos derivados asexualmente de un único progenitor.

En este año 2001, en el número del 5 de julio de la revista Nature, Lee M. Silver del Departamento de Biología Molecular de la Universidad de Princeton comprueba que el uso frecuente que se hace del término clon y de sus derivados, por parte de los media y aun de personalidades como, por ejemplo, el presidente George W. Bush no coincide con la definición primera que aún está en uso entre los especialistas. La conclusión de este autor, de quien tomamos toda esta información, es que la comunidad científica ha perdido el control sobre el término clon y que, a partir de esta constatación, los científicos tendrán que escoger otros términos para explicar los avances de la biotecnología del desarrollo.

Que los términos varían frecuentemente en su significado a través de su uso en el tiempo es un hecho frecuente. En este caso, sin embargo, más bien tenemos dos significados usados en el mismo tiempo. No hay un rey puesto, después de un rey muerto, sino una confusión resultante del uso con sentidos distintos de una palabra que, por circunstancias fácilmente comprensibles, tiene un alto poder de convocatoria a nivel popular y cuyo ámbito ocupa y preocupa a los poderes públicos, que legislan al respecto, esperemos que debidamente informados y haciendo un uso, el que sea, unívoco y científicamente comprensible de los términos del entorno de los clones y la clonación.

Un hecho análogo, aunque quizá con menos consecuencias potencialmente peligrosas, se ha dado en los últimos años con los término ecología y ecológico, cuyo significado empieza a ser difícil de interpretar cuando se lee en los libros, en los periódicos y hasta en los escaparates de las tiendas y en la propaganda comercial. Ya no digamos el término natural. Y así, posiblemente otros muchos.

La cuestión de fondo es siempre la misma. La ciencia y su didáctica es una responsabilidad de todos. Los científicos deberían expresarse más diáfanamente y aclarar las confusiones que se producen. Los divulgadores deberían ser conscientes de su enorme responsabilidad en un mundo cada vez más influido por el progreso científico-técnico.

También los expertos en terminología pueden aportar información básica e importante en este campo que les es propio. Así, el Instituto Universitario de Lingüística Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona organiza periódicamente unos simposios internacionales de terminología en que se tratan, entre otros, los problemas a que nos referimos. La información aquí suministrada fue discutida en el III simposio celebrado en Barcelona el pasado mes de julio.

Salvador Reguant es catedrático emérito de la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona.

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