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Entrevista:RAFAEL RODRÍGUEZ | POETA Y FILÓLOGO

'La mayor creatividad poética está en la concisión'

Fue guía, jardinero, pintor de brocha gorda, conserje de hotel, conocedor de siete idiomas y revolucionario de la poesía. Rafael Rodríguez (Granada, 1948) convulsionó el panorama literario con un libro, Praxis, que, a mediados de los años setenta, era un ataque a cualquier tipo de formalismo. Le siguieron El oscuro vientre de Dios madre, Réquiem por la tristeza o Por los cuatro costados, obras todas ellas de versos complejísimos, palabras obsesivas e imágenes terribles. Amigo de Vicente Aleixandre, José Agustín Goytisolo o Jorge Guillén, Rodríguez se ha mantenido, sin embargo, siempre muy al margen del fulgor de la poesía. Ahora, veinte años después, decide volver a publicar una obra, Tahúr, un libro en el que se adentra en versos sintéticos como una soleá flamenca o un haiku japonés y un gran regusto italiano. Él afirma que el mejor idioma para la poesía es el italiano.

Pregunta. ¿Cómo surgió Tahúr?

Respuesta. El libro nació a raíz del fallecimiento de mis padres y de una importante enfermedad que sufrí. Mientras padecía todo eso, era incapaz de escribir, pero más tarde, a raíz del interés de la revista literaria Alhucema, que me solicitó poemas, vi que había material nuevo para un libro.

P. ¿De dónde le viene su pasión por la Filología, su interés por idiomas como el húngaro o el sueco?

R. De la infancia. Mi padre, que tenía grandes amigos judíos, se trasladó a Tánger. Allí yo escuchaba el hebreo, el árabe, el francés, el inglés... Eso despertó mi pasión por los idiomas.

P. ¿Por qué ha elegido una forma tan breve para sus poemas actuales, tan concisa?

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R. Porque, en un momento determinado llegué a mis propias conclusiones filosóficas y descubrí que la mayor creatividad poética está en la concisión. En ese aspecto, lo oriental tiene mucho que ver. Creo que el libro está entre la concisión y lo oriental.

P. ¿Y por qué el título de Tahúr?

R. Porque es una palabra extraña, de un origen incierto, que me fascina. Hay palabras como vega, arroyo o tahúr que tienen conexión con lo íbero. Es un vocablo de origen armenio. El significado está relacionado con quien juega, con quien hace trucos, y un poeta, en el fondo, no es más que eso, alguien que juega con las palabras y con los versos.

P. Tan interesado como está usted por los idiomas, ¿cuál expresa mejor la poesía?

R. Hace años, vino un amigo italiano y lo llevé a Víznar para conocer la tumba de García Lorca. Le recité un poema que le emocionó. Este amigo murió poco después y, como homenaje, decidimos recordarlo con poemas. Cuando tradujeron el mío al italiano descubrí que, por su conexión con el latín, es el idioma que mejor expresa la poesía. El más exacto.

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