_
_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR

Ecotasa valenciana

El sol sale por Les Illes Balears, así como algunos de los nuevos caminos hacia la sostenibilidad como la ecotasa turística. Obviamente, no se puede pagar un daño irreparable al medio ambiente. Pero la ecotasa turística, siempre cuando la recaudación sea finalista (exclusivamente para fines ambientales y sociales) y que el impuesto sea progresivo (como el caso balear de 42 a 333 pesetas), puede promocionar un turismo más sostenible.

El turismo valenciano del litoral consume una enorme cantidad de recursos vitales (agua, energía, suelos, ecosistemas...). Por ejemplo, el turista medio consume 440 litros diarios de agua, que llegan a 880 en los hoteles de lujo. Además un turista genera muchos más residuos que el valenciano medio. Es también de justicia social que los turistas con más rentas contribuyan más a las necesidades sociales y ambientales locales. El dinero recaudado puede ir destinado a crear riqueza y empleo local en los sectores de recuperación, vigilancia, promoción y estudio medioambiental. Además, se pueden crear fondos para la compra pública de terrenos de valor ecológico del litoral, como los entornos de zonas húmedas, salinas y pinares.

Establecer una ecotasa valenciana sobre el turismo es un paso necesario para la visibilidad de los problemas ecológicos, la creación de empleo y la 'internalización' en los precios de los costes reales, que incluyen las aportaciones de la naturaleza.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_