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El alcalde se enreda en la encrucijada olímpica

Álvarez del Manzano inicia la carrera por la organización de unos juegos con documentos viejos y faltas de ortografía

José Manuel Romero

Madrid se apuntó el pasado viernes a la carrera mundial por la organización de los Juegos Olímpicos de 2012. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, corredor principal, tropezó con estrépito en el primer obstáculo.La solemne declaración que leyó el regidor en la Casa de la Villa para anunciar que la capital se embarca en la aventura más ilusionante de su historia demostró la improvisación y escaso rigor con el que se maneja el gobierno municipal de Madrid.

Álvarez del Manzano llegó del codo de dos concejalas, Mercedes de la Merced, la primera teniente de alcalde, que ha declarado recientemente que llevaría sentido común a la alcaldía de Madrid, y de la ex juez María Tardón, cuya capacidad para publicitar planes municipales ya anunciados antes por otros compañeros ha sido muy destacada durante su estancia como regidora en funciones.

Cuando el alcalde fue a leer con toda solemnidad la declaración oficial descubrió que se le había olvidado y tuvo que pedir una prestada a los periodistas: "¿Tenéis vosotros lo que yo tengo que leer?", preguntó. El papel en cuestión -dos folios grapados y once párrafos- presentaba una bochornosa falta de ortografía en su titular: "Declaración de el alcalde de Madrid sobre la candidatura olímpica".

No era la única desgracia escrita de la histórica mañana. El regidor facilitó a los periodistas allí reunidos un viejo informe que alguien desempolvó para complementar el protocolario acto. Muchos de los presentes lo tomaron como el plan olímpico de la capital cuando hace al menos tres años que el documento fue invalidado por el Comité Olímpico Español, al que se le entregó para conocer su opinión.El informe en cuestión -26 folios en blanco y negro mal fotocopiados de un libro que tiene cerca de 700 páginas- no explicaba en ningún momento que se trataba de un estudio encargado mucho antes de que se aprobara el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (en abril de 1997) a unos urbanistas, Luis Millet y Fernando de Andrés, que colaboraron en Barcelona 92.

La primera página del documento entregado por los colaboradores de Álvarez del Manzano arranca en el epígrafe número 13: "Una propuesta para Madrid". Durante las 26 hojas restantes, sin numerar, se desgranan ideas sobre los equipamientos deportivos que necesitaría la capital y se intercalan gráficos de la ciudad de Madrid con señales escritas a mano sobre la ubicación de algunas instalaciones como el estadio Santiago Bernabéu, el Vicente Calderón o el Palacio de Cristal.

Ocurre que alguien del Ayuntamiento de Madrid fotocopió la página en la que estaban los gráficos junto a unas transparencias que había encima. El aspecto de la fotocopia resulta, así, especialmente cutre.

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Varios concejales del equipo de Gobierno llevaban toda la semana anunciando la comparecencia estelar de Álvarez del Manzano para el gran anuncio olímpico del viernes. Pero, por lo visto, ninguno de ellos se preocupó de servirle unos documentos sin faltas de ortografía y unos informes más recientes que el estudio elaborado por la empresa Kronach de 1996, que, según sus redactores, no era una propuesta para organizar unos juegos olímpicos, sino un plan de máximos para reservar suelos para usos deportivos y un análisis de la situación de las principales instalaciones de Madrid.

En ese análisis, por ejemplo, se resaltaba la necesidad de reformar y ampliar el velódromo de Carabanchel, un espacio deportivo que lleva años abandonado. Pese al informe de 1996 que el viernes repartió el gobierno municipal, el velódromo de Carabanchel sigue olvidado por los gestores del PP, que no han invertido ni una sola peseta en los últimos años para que la ciudad aproveche esa instalación.

Tampoco parece que el alcalde de Madrid haya hecho mucho caso a las recomendaciones del informe de 1996 sobre el gran pabellón olímpico, que, según los expertos contratados por el Ayuntamiento de Madrid en 1996, debería levantarse junto al estadio de atletismo, en Canillejas.

De Andrés y Millet llegaron incluso a pintarlo en un papel con transparencia que aparece en el informe. Al alcalde le gusta más la Ciudad Deportiva del Real Madrid, donde comparte con la Comunidad la propiedad de las tres hectáreas de uso deportivo más caras de la historia (le costaron 4.500 millones de pesetas para evitar que el Real Madrid levantara en ellas un hipermercado).

Nadie pudo explicar esos detalles en el primer acto de la carrera olímpica que ha emprendido Madrid. Ignacio del Río, concejal de Urbanismo, departamento del que supuestamente salieron los 26 folios mal fotocopiados, no acudió a la primera cita olímpica, aunque había regalado durante la semana algunas declaraciones que llenaron de desconcierto a los dirigentes del COE. Del Río propuso aprovechar instalaciones de Sevilla para la organización de unos juegos olímpicos por Madrid. El COE y Sevilla no son partidarios.

Con estos mimbres, el gobierno municipal de Madrid necesita "ponerse las pilas", según la frase acuñada hace meses por el presidente del COE, Alfredo Goyeneche, para ganar en tres años el terreno que ha perdido en el aspecto deportivo en los últimos diez. Álvarez del Manzano ha presumido siempre de los numerosos polideportivos municipales que tiene Madrid. De las 50 instalaciones a las que el Ayuntamiento denomina polideportivos completos, sólo 6 han abierto durante sus nueve años de mandato; el resto, 44, corresponde a herencias de tiempos en los que floreció el deporte.

En 1986, la capital albergó el Mundial de natación en unas instalaciones que construyó el Gobierno de la Comunidad de Madrid, entonces en manos del socialista Joaquín Leguina. Desde entonces, la capital ha estado ausente de las citas deportivas más importantes. En 14 años, nada, salvo la construcción de un estadio de atletismo, también por parte de la Comunidad de Madrid, olvidado por los gestores públicos, que han prometido en reiteradas ocasiones su ampliación sin aprobar el gasto necesario para cumplir la promesa.

La gestión deportiva del equipo de Álvarez del Manzano tiene como principal exponente la construcción de un campo de golf público, la privatización fracasada de la gestión de algunas instalaciones y varios proyectos más que nunca salieron de las declaraciones debido al desinterés de la iniciativa privada por financiarlos. El Ayuntamiento de Madrid ni siquiera posee un buen campo de fútbol. Getafe o Leganés hace tiempo que inauguraron los suyos.

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