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LA OFENSIVA DE ETA

La muerte de Korta culmina la extorsión a los empresarios vascos que ETA inició en la tregua

Pedro Gorospe

Los empresarios no se han podido beneficiar de la tregua. El asesinato del presidente de la patronal guipuzcoana, José María Korta, próximo al PNV, es la culminación de una campaña de extorsión que ETA preparó durante la tregua indefinida. Durante ese año y dos meses, los empresarios vascos recibieron cartas cada vez más amenazantes. Al comprobar que las patronales se resistían a pagar a los terroristas, ETA intentó asesinar a uno de ellos en Ordizia con una bomba lapa que falló. Además atentó dos veces contra zonas residenciales de empresarios, en Bilbao, en el barrio de Neguri.

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Al final lo consiguieron. Después de varios intentos los terroristas lograron asesinar a un empresario vasco para que los demás tengan un ejemplo de lo que les puede pasar si se siguen negando a pagar el chantaje que ellos denominan impuesto revolucionario. El asesinato de Korta, un empresario muy próximo ideológicamente al PNV, es, de momento, el último zarpazo de una organización que en 1993 ordenó a sus comandos "atacar directamente" a los empresarios, y que durante la tregua organizó la campaña de extorsión que culminó ayer con un nuevo crimen.El 19 de junio de 1996, ETA colocó una bomba lapa bajo el coche del número dos de la patronal guipuzcoana, el secretario general de Adegi, José María Urtxegi, pero el artefacto estalló cuando el vehículo estaba siendo utilizado por el conserje de la organización patronal. Él se salvó pero el conserje resultó gravemente herido. El atentado tuvo lugar en el garaje del número 86 de la Avenida de Zarautz de San Sebastián, donde se encuentra la sede de Adegi y donde Urtxegi había dejado estacionado su vehículo porque había tenido que salir de viaje de forma inesperada.

Cartas amenazantes

Tras el acuerdo entre los partidos nacionalistas y ETA, que dio lugar a la proclamación por parte de la banda terrorista de la tregua indefinida, en setiembre de 1998, los empresarios fueron el único colectivo que quedó al margen. No iban a ser asesinados ni secuestrados durante el tiempo que durara, pero ETA no renunció, en el comunicado que hizo público a lo que llamaba "autoabastecimiento", es decir, entre otras cosas, seguir recaudando el impuesto revolucionario de los empresarios.En aquellas fechas, entre setiembre de 1998 y noviembre de 1999, numerosos miembros de este colectivo en el País Vasco y Navarra recibieron numerosas cartas solicitando el pago de cantidades económicas para financiar a la banda. Demanda que los presidentes de la tres patronales vasca y navarra se encargaron de descalificar. Ellos lideraron una campaña para convencer a los empresarios de que no financiaran a la banda armada.

Además, las patronales se posicionaron en contra del camino soberanista que habían iniciado en común los partidos nacionalistas, PNV, HB y EA. En varios comunicados, los miembros de la patronal hicieron pública su satisfacción con el actual marco jurídico político, el Estatuto de Gernika que emana de la Constitución y mostraban su prevención y preocupación por el giro hacia un proyecto independentista indefinido.

La intimidación fue subiendo enteros y ETA cambió el sello de las cartas por dinamita. El 25 de junio hizo estallar un coche bomba en Las Arenas, Bilbao, frente a la casa de un miembro de la familia Delclaux, (Cosme Delclaux fue secuestrado por ETA)provocando numerosos destrozos. Fue la primera advertencia seria de que las cartas no eran ninguna aviso falso.

La materialización de estas amenazas se produjo el pasado 7 de julio, día en el que la hija de un pequeño empresario de Ordizia resultó ilesa al fallar la bomba lapa que había sido colocada bajo el coche de su padre y que ella conducía por el pueblo.

Defensa de la Constitución

A la vista de la presión que empezaban a soportar los empresarios, Confebask, la organización que agrupa a las patronales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, hizo pública el 14 de julio una defensa enérgica del marco estatutario y constitucional, lo que motivó críticas desde el nacionalismo. La segunda advertencia de ETA, antes de consumar el asesinato de José María Korta, se produjo el 24 de julio en Neguri, Bilbao, tradicional barrio residencial del empresariado vizcaíno, frente a la casa de la senadora del PP Pilar Aresti. Minutos antes de que estallara el coche bomba ETA dejó muy claro, por teléfono, que el destino del ataque era "la oligarquía vasca".

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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