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Francia logrará un superávit fiscal muy superior al previsto para este año

Las finanzas públicas francesas van tan viento en popa que el Gobierno acaba de anunciar un nuevo superávit fiscal en este año de 30.000 millones de francos (750.000 millones de pesetas), que se añade a los 50.000 millones ya anunciados en febrero pasado. Esa suma, que procede en su casi totalidad de los impuestos, será destinada a reducir la deuda pública hasta los 185.000 millones de francos. Ayer se supo, por otra parte, que la inflación se ha disparado un 0,6% en Alemania el pasado mes de junio.

Inflación

La cagnotte (bote), nombre con el que se conoce en Francia el superávit fiscal, permitirá a la dirección del Tesoro comprar los préstamos contraídos por el Estado francés. El superávit descubierto ahora se añade al de 50.000 millones de francos (1,25 billones de pesetas) anunciado ya en febrero último, que fue destinado en buena medida a la reducción de impuestos (IVA, la tasa que grava la utilización de las viviendas y el impuesto sobre la renta), así como a alimentar los fondos de pensiones.Escaldado, sin duda, por la polvareda que suscitó el retraso oficial en anunciar el anterior superávit presupuestario,el nuevo ministro de Economía y Hacienda, Laurent Fabius, ha hecho el anuncio con suma celeridad a través de un simple comunicado.

Fabius no puede olvidar que los titubeos de su predecesor a la hora de establecer el montante exacto de la cagnotte le costaron el puesto y supusieron un serio desgaste para la imagen de transparencia que el Ejecutivo de Lionel Jospin trata de mostrar.

El Gobierno de Jospin no ha querido dar la oportunidad al presidente de la República, Jacques Chirac, de que ironizara de nuevo sobre "el talento desplegado por el ministro de Economía para enmascarar el incremento de los ingresos".

Aunque el primer ministro ya anunció en abril último que los nuevos superávit, de producirse, se dedicarían a tapar el agujero del déficit, es Laurent Fabius quien capitaliza ahora el destino de esos fondos, acreditando su imagen de liberal. El titular de Hacienda aparece así como promotor de una política de reducción drástica de la deuda, en línea con la estrategia tanto de EE UU como del Reino Unido.

Paralelamente, Fabius aboga estos días por el control de los gastos públicos, tarea difícil vistos los problemas para llevar a cabo reformas como la de la Administración. "La reducción de los gastos públicos es la llave. No se pueden reducir de manera sostenida los déficit y rebajar los impuestos, como sería conveniente, sin disminuir los gastos públicos", explicó.

En Alemania, sin embargo, ayer se dieron a conocer malas noticias para la inflación. El encarecimiento de los precios del petróleo ha disparado el índice de precios en ese país el pasado mes de junio. Respecto de mayo, la subida fue del 0,6%, lo que situó la tasa de los últimos 12 meses en el 1,9%, frente al 1,4% de un mes antes.En Francia, por el contrario, el resultado de la inflación en junio ha sido más moderado. Los precios subieron un 0,2% respecto de mayo y la tasa de los últimos 12 meses se eleva al 1,7%, frente al 1,5% de un mes antes. La mitad de ese crecimiento responde al encarecimiento del petróleo.

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