De la 'tractorada' al alcalde de Almoradi

Una semana atrás, los tractores se echaron a la carretera y colapsaron kilómetros de turismos y reivindicaciones de los agricultores de La Vega Baja; poco después, una meteorología africana le metió el acelerador al mercurio y lo puso a la temperatura en que las aves de corral escapan de la viscosa gloria de los jugos gástricos. Y en Altea, alumbraba la sabiduría: la nueva edición de los premios Jaume I, con el incremento de un quinto destinado a Nuevas Tecnologías, otorgaba el de Medio Ambiente, con sus honores y 12 kilos, a Martín Mateo, que fue rector de la Universidad de Alicante y que es chamán del agua. Mientras, EU golpeaba los parches de la insurgencia: ediles de toda la oposición del País Valenciano, uníos. Uníos frente a una envenenada ley de áreas metropolitanas, que yugula la autonomía municipal. Y en L'Alfàs del Pi, se inauguraba su 12 festival de cine, con un homenaje al director Luis García Berlanga y a la actriz Concha Velasco, quienes recibían los muy esplendorosos Faros de Plata.

Las oscuras galerías de sanidad

Con la reciente y novedosa sentencia de la Audiencia Nacional, que les ha sentado la mano a cuantos gestionan esas elásticas listas quirúrgicas, ya debería conducirse sin tanto secretismo el consejero del ramo. Pero al consejero del ramo le han endosado un taquímetro que le indica obstinadamente el número 12.053. Sin criterio alguno, salvo el de negarles un puesto en las mismas, a cuantos sólo requieren anestesia local, Serafín Castellano también se merecía otro faro en L'Alfàs del Pi, y no por el papelón que está interpretando, sino para iluminar sus responsabilidades y otros presuntos extravíos por las oscuras galerías de su territorio. Pero, ¿qué pasa con Sanidad? El PP, se opone a que el president Zaplana explique en la Diputación Permanente de las Cortes el enigma de las listas; le oculta al diputado socialista José Camarasa datos referentes a la concesión de obras menores a la empresa constructora Laureano Orón, SL; y se olvida de los radiólogos que están, como la mayoría del vecindario, por la instalación de los equipos de resonancia magnética, en los hospitales públicos. ¿Qué pasa? Ya ven, ni aún poniéndose bajo la advocación de Marcela Miró, como si fuera una pastorcita de Fátima, José Camarasa se siente amparado: "Sanidad sigue negando a este diputado la documentación que, paradójicamente, dice poner a su disposición". Pero ni la plegaria, le vale. Quizá, porque, además de diputado, es pecador, y la pastorcita Marcela lo ha reclutado de penitente.

El alcalde de Almoradí,

El asunto va a mayores. El propio PP admitió que los sucesos de Almoradí, por su "carácter extraordinario", se ventilarán en las Cortes. De inmediato, Joan Antoni Oltra, portavoz adjunto de EU, aclaró las cosas: oigan, que esto no es cortesía, ni generosidad de los populares, sino reglamento al canto, y duro. En la sesión del jueves, Rafael Blasco, consejero de Bienestar Social, más que argumentar, se limitó a un elemental ejercicio reduccionista: "Hecho aislado y deleznable, ante la pasividad de las autoridades locales". Y seguidamente, amonestó a la oposición por magnificar algo tan anodino. Pero sin éxito. El socialista Andrés Perelló lo vapuleó y reveló que el alcalde PP de Almoradí incitó a la población; lo que confirmó Joan Antoni Oltra, quien extendió la sospechosa pasividad al subdelegado del Gobierno. Los representantes de las asociaciones gitanas que asistieron a las Cortes, anunciaron su intención de personarse, como acusación particular, y exigieron responsabilidades políticas. Mientras, José Bono pasó por Valencia, por si se llevaba favores para su candidatura a la secretaria general del PSOE, y le arrimó una piña a la propuesta de Cascos, sobre el AVE. Qué personajes. Carlos Fabra lo lleva mucho mejor: 28 millones de pelas, con cargo a la "atención protocolaria", y de restaurante en restaurante. Pero es que Fabra tiene esa clase, ya sabe.

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