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El pacto entre los concursantes de 'Gran Hermano' goza de buena salud

El pacto goza de buena salud. La noche de candidaturas en la casa de Gran Hermano no deparó sorpresas. Los seis encerrados repitieron ayer la fórmula, aceptada por todos desde hace unas semanas, de dejar a los espectadores la papeleta de decidir quién debe abandonar la telecárcel. La inesperada visita al chalet de Soto del Real de un motorizado Florentino Fernández (El Informal), en calidad de repartidor de comida china, fue recibida con gritos, besos y chapuzones a la luz de la luna. Ania terminó la fiesta con una torcedura en el pie.

"Desprenden un cariño sumo, acojonante". Con estas palabras Florentino Fernández resumió al reportero Fernando Acaso su sensación al salir de la casa. "He flipado. Estaba superagusto", añadió. Así acababa una edición más del programa que todos los miércoles presenta Mercedes Milá.No hubo candidaturas, pero Ismael tampoco tendrá que abandonar el concurso para acudir al juicio que se seguirá hoy en la Audiencia Provincial contra su padre, Manuel Beiro, al que el fiscal acusa de un supuesto delito de tráfico de drogas. El abogado que defiende a su padre ha decidido prescindir de su testimonio al considerarlo "accesorio", según informa Antonio Hernández-Rodicio. Los padres también han pedido la renuncia a este testimonio y han solicitado a Zeppelin, la productora del programa de Tele 5, que no le comunicara a Ismael esta circunstancia, como así ha sido. Ayer, al plató de Tele 5 acudió la novia de Ismael, Olga Gómez. Mercedes Milá le preguntó por el "el momento malo" que está viviendo la familia de su chico. "Sí, es un tema muy serio, pero a poco a poco estará bien. Yo les ayudo y ellos también me apoyan", contestó.

En la casa, el concursante gaditano y sus cinco compañeros de encierro, han permanecido ajenos a las citadas decisiones jurídicas. Todos pasaron el día de las candidaturas afanados en la nueva prueba: mailing Gran Hermano. Hasta Íñigo, a quien le gusta ver pasar el tiempo en su hábitat natural, es decir, tumbado a la bartola en la piscina, se sumó con fruición a la tarea de escribir y pegar sellos. Esta vez se han jugado el 50% de su presupuesto a que son capaces de escribir una carta al alcalde de cada uno de los más de 8.000 ayuntamientos del país pidiendo que les envíen una fotografía con lo más representativo de su municipio.

Y como la estela de Gran Hermano es casi infinita también ocupó parte del debate con profesionales y teóricos del medio televisivo que organizaron en Madrid, el martes pasado, el Club Diálogos para la Democracia y la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión en España, según informa Rosa Rivas. En el coloquio se puso de manifiesto que la intimidad ya no es un tabú para la televisión y se ha convertido en un productivo negocio de compraventa en el que participan los medios de comunicación y los propios protagonistas. El moderador del coloquio, Antonio Gavilanes, centró el eje de la discusión: "Estamos ante un fenómeno sociológico. Cuando nos preguntábamos el porqué del gran interés del público por la vida privada de los famosos surge otro ciclón televisivo, Gran Hermano".

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