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La Policía prevé enviar a la Fiscalía al menos a 16 adolescentes implicados en los incendios

La Policía considera "totalmente esclarecida" la oleada de vehículos incendiados desde las vacaciones de Semana Santa en Valencia (35 en siete días) después de interrogar y poner a disposición de la Fiscalía de Menores a los integrantes de dos pandillas juveniles del barrio de Patraix. Por ahora sólo ha interrogado a siete pandilleros, todos menores de edad, pero en los próximos días ampliará la lista hasta 16 o 17. El delegado del Gobierno aseguró que la rivalidad entre ambas pandillas, para ver cuál quemaba más coches, desencadenó la espiral de vandalismo.

Los siete menores que ya han prestado declaración ante la Policía han confesado la autoría de los hechos y han quedado bajo la tutela de sus padres hasta que les llamen para comparecer ante la Fiscalía de Menores de Valencia.Sin embargo, ayer, tras el anuncio de la resolución de la oleada de siniestros, ardieron otros dos turismos, según los bomberos municipales, con lo que la cifra total asciende ya a 36. El primero fue incendiado de madrugada junto al número 81 de la avenida de Ecuador y el otro, un Talbot, ardió a las 17.40 a la altura del número 30 de la calle de Manuel Taverner.

El jefe superior de Policía, Segundo José Martínez, no descarta que se registren nuevos incendios de coches en los próximos días por tres motivos diferentes: imitadores de estos pandilleros, delincuentes que queman los vehículos robados para borrar huellas e incluso vecinos que aprovechan la ocasión para librarse de los coches abandonados junto a sus viviendas desde hace meses que la grúa no se digna a retirar. De hecho, barajan la posibilidad de que algunos de la treintena de incendios de los últimos días se hayan producido por estos motivos.

El comisario Martínez pidió ayer "prudencia" a los medios de comunicación a la hora de tratar estos actos de vandalismo. "Yo creo que este tema se ha desmadrado un poco", razonó, "estas pandillas de 14 o 15 años, al ver sus hazañas publicadas en primera página, lejos de sentirse intimidados se crecieron y les incitó a ir a más".

Por su parte, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Carlos González Cepeda, confía en que esta operación "devuelva la calma a los barrios de Valencia" y aprovechó la ocasión para replicar a todos los que han criticado en los últimos días la "pasividad policial" ante estos incendios.

Lluvia de críticas

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Entre estos críticos se encontraban, por un lado, los vecinos afectados que proyectaban crear patrullas ciudadanas de vigilancia callejera y habían presentado 25 denuncias por estos siniestros en las comisarías de los distritos de Patraix y Abastos. Luego se sumó a las protestas la presidenta de los vecinos de la ciudad, Carmen Vila, que denunció la inseguridad causada por la "escasez" de policías.

Por último, la portavoz de la oposición socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Ana Noguera, salió a la palestra para reclamar la convocatoria urgente de la Junta Local de Seguridad para analizar la situación y protestó por la postura del gobierno municipal de "cruzarse de brazos en un tema tan grave y que ha creado alarma social".

A todos ellos, el delegado gubernativo les pidió "confianza en las fuerzas de seguridad porque aunque las investigaciones son lentas se resuelve un porcentaje altísimo de delitos lo que demuestra su profesionalidad". Cepeda confía en que esta "brillantísima operación" devuelva "la calma" a estos barrios.

En la resolución de este caso ha sido determinante, según el comisario Martínez, un policía de Proximidad destinado en la plaza de La Safor, que conocía las gamberradas y las peleas que cometía esa pandilla. A partir de ahí, la labor de los expertos en incendios de la Brigada Científica, que inspeccionaron durante tres días los coches quemados, permitió demostrar que detrás de los siniestros se ocultaba la mano de estas pandillas.

Con estas evidencias, los agentes de la comisaría de Patraix interrogaron a los menores en presencia de sus padres y estos confesaron hasta el último detalle, según Cepeda. "Actuaron por diversión y una rivalidad para ver quién quemaba más coches", sentenció.

El miércoles por la mañana, los agentes ya habían interrogado a varios menores, pero unas horas después un portavoz policial aseguraba que no tenían "ninguna pista". "Había que actuar con discreción", justificaba ayer el jefe superior. Pero la preocupación de las autoridades aumentó en la mañana de ayer cuando conocieron la moción que preparaba la oposición socialista y decidieron convocar con urgencia a los medios de comunicación para explicarles que no estaban tan despistados como habían dicho.

'El Enanito' contra 'La Safor'

Aún no tiene suficientes años para votar, pero ya se ha convertido en todo un personaje en el barrio de Patraix. El Americano, como llaman todos al jefe de la pandilla de la plaza de La Safor, es temido por igual en sus filas y en las de sus rivales de la plaza de El Enanito (un recoveco de la calle de Torrent).Porque, aunque sólo una quincena de estudiantes de ESO de 14 a 16 años, hijos de familias de clase media, integran unas pandillas "muy estructuradas", en palabras del comisario Martínez, donde nadie discute las órdenes del jefe y cada uno cumple a pies juntillas la tarea que tiene encomendadada. No en vano, el jefe superior detalló que sus ataques contra el parque automovilístico de la ciudad son un ejemplo de trabajo en cadena de lo más organizado. La destrucción la iniciaba el primer adolescente rompiendo los cristales del coche. El segundo le pegaba fuego a los asientos. A continuación, otro fotografiaba la escena para tener un recuerdo de su hazaña, un compañero se quedaba cerca de allí para contemplar cómo llegaban los bomberos y la policía con su "espectáculo de sirenas" y a los demás les tocaba ir a la plaza de los rivales a jactarse de que tenían más coches calcinados que ellos en su casillero particular.

La enemistad entre las dos pandillas se fraguó un día que acabaron a puñetazos en un salón de futbolines, según Martínez. Al día siguiente, un adolescente de una pandilla tuvo la mala suerte de cruzarse a solas en la calle con los del otro bando. Y volvió a casa mucho más ligero, sin la cazadora, las playeras de marca y el teléfono móvil.

Para matar el aburrimiento de una Semana Santa sin salir de la ciudad, una de las pandillas empezó el Viernes Santo a reducir a un amasijo de hierros retorcidos diversos coches viejos. Una pandilla ha confesado que al día siguiente, al leer en grandes titulares la proeza de sus rivales, pensaron que ellos no iban a ser menos y les superarían en el número de vehículos retirados de la circulación antes de tiempo.

El mayor golpe lo dieron el martes al incendiar 11 vehículos en el depósito de la grúa municipal. Pero el policía de Proximidad de la plaza de La Safor, que estaba al tanto de sus peleas, acabó con la competición de vandalismo. Ya han recibido su primer castigo: la bronca de sus padres en comisaría nada más enterarse de que tenían en casa a los chicos más buscados de la ciudad durante esta Semana Santa.

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