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El Tau se deja ganar para poder enfrentarse a rivales más débiles

El Tau de Vitoria pensó que para tener el camino más alfombrado de ahora en adelante en la Copa Saporta de baloncesto debía dejarse caer hasta el tercer puesto, así que el martes favoreció su derrota frente al Pruszkow polaco, un equipo claramente inferior. Pero las técnicas se van perfeccionando. No lo hizo a las bravas, como la famosa autocanasta del madridista Alocén en 1962 en Varese, sino a base de una suma de sutilezas.

Hace 37 años, el cerebro de la operación fue Antonio Ferrándiz. Veía a su Real Madrid mermado, iba empatando con el Igfis, así que ordenó a Alocén que se volviera hacia su canasta y anotara. Perdió por dos, pero en la vuelta eliminó al Ignis en octavos de final de la Copa de Europa. La estratagema valió, pero la FIBA prohibió la autocanasta a partir de entonces.

La competición que juega el Tau no tiene nada que ver. Es muy inferior. Como su rival, el Pruszkow. De haber ganado, habría quedado segundo, con lo cual le tocaba enfrentarse prematuramente a rivales no deseados: primero con el Pamesa y, de pasar, con el Kinder. Así que el razonamiento previo al partido del entrenador del Baskonia, el argentino Julio Lamas, fue sencillo: "Los emparejamientos más convenientes se dan siendo tercero". Eso implicaba perder con los polacos.

Llegó el partido del martes y Lamas dispuso el escenario ideal para la derrota, aunque oficialmente la excusa era "reservar al equipo para la Liga". Dejó en el banco, vestido de calle, a su mejor jugador, Elnier Bennett.

Transcurría el partido igualado y el otro extranjero, Milis, anotó tres canastas seguidas. Al banquillo.

Lamas renunció a aplicar una defensa dura. Quería evitar lesiones. Llegó el segundo tiempo y Milis, otra vez él, colocó la mayor distancia del partido (68-6 1). De nuevo acabó en el banquillo. Por si acaso, el partido lo terminaron en cancha dos juniors. El Tau perdió por 83 a 92.

El asunto se puede divisar desde varios puntos de vista. El público vitoriano reaccionó de dos formas: o abandonar anticipadamente la grada o silbar al equipo. La prensa, hablando de falta de ética. El club vitoriano, alegando que todo lo hizo "para no arriesgar a los jugadores". "No voy a mentir", reconoció Lamas, "No estoy triste por la derrota, pero tampoco contento".

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