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Samaranch aguanta firme el duro interrogatorio del Congreso de EEUU

"Hemos limpiado la casa y adoptado las reformas fundamentales", declaró ayer Juan Antonio Samaranch ante el comité del Congreso de Estados Unidos que le interrogó durante cuatro horas sobre los escándalos de corrupción en la elección de Atlanta y Salt Lake City como sedes olímpicas. Del escepticismo del comité dio prueba esta declaración del republicano Fred Upton: "Los Juegos Olímpicos son demasiado importantes para permitir que una cultura de corrupción sea blanqueada y perpetuada por un trozo de papel llamado reformas".

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Sentado voluntariamente ante el subcomité de Comercio de la Cámara de Representantes, Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) desde 1980, mantuvo el tipo ante las duras declaraciones iniciales y las incisivas preguntas de sus seis miembros, incluida una petición de dimisión. El tono lo dio de partida Upton, presidente del subcomité: "Salt Lake City y Atlanta no fueron las únicas ciudades candidatas implicadas en regalos inadecuados a los miembros del COI. Esta cultura de la corrupción ha existido durante más de una década".Upton acusó a Samaranch de no haber reaccionado a las "numerosas advertencias y acusaciones sobre la existencia de corrupción en el COI". Y añadió: "De hecho, sabemos que uno de los regalos fue recibido por su esposa. Ella y una amiga fueron invitadas a Atlanta por los organizadores, con una parada en Charleston (Carolina del Sur) por un coste de más de 12.000 dólares [casi dos millones de pesetas]. El viaje incluyó un pase de modelos privado para el disfrute de la señora Samaranch. El hecho de que Samaranch autorizara ese viaje no me da gran confianza en su preparación para afrontar estos problemas en el futuro".

Samaranch se defendió insistiendo en que se han prohibido las visitas de miembros del COI a las ciudades candidatas. "Al no haber visitas", dijo, "ya no hay peligro de regalos". Samaranch añadió que también están prohibidas las visitas de los comités organizadores a los miembros del COI en sus países.

Upton le recordó que el subcomité actuaba en funciones de investigación, por lo que tenía que prestar declaración bajo juramento y tenía derecho a un abogado. Samaranch aceptó estas reglas. La semana anterior había pactado con el FBI regresar a EE UU en unos meses para declarar, esta vez ante agentes policiales.

La congresista demócrata Diana DeGette afirmó ayer que considera "meramente cosméticas" las reformas aprobadas por el COI la pasada semana. El republicano Joe Barton expresó su "extrañeza" por el hecho de que "ninguna de las reformas adoptadas en Lausana afectan al presidente del COI". Barton denunció que Samaranch dispone de una suite en un hotel de Lausana que cuesta 300.000 dólares anuales [unos 50 millones de pesetas]. Y le pidió al presidente del COI la dimisión de su cargo allí mismo.

Como Samaranch hizo oídos sordos a esa petición, Barton le preguntó por el viaje de su esposa a Atlanta, cuyo coste cifró en 40.000 dólares. "Mi esposa también viaja y hace compras, pero lo pagamos nosotros", apostilló. Samaranch respondió: "No sólo lo sabía, sino que le dije que fuera. Los organizadores insistieron en que fuera a Atlanta y yo consideré que debía aceptar la invitación. No viajó sola, porque ya tiene una cierta edad. No la diré, porque se enfadará. Pero fue allí y la atendieron muy bien. No lo veo importante". Samaranch leyó una carta del entonces vicepresidente de EE UU, Dan Quayle, felicitándose por ese viaje.

Samaranch aseguró que sólo tuvo constancia de la existencia de prácticas de corrupción en el COI "hace un año", cuando estalló el escándalo de Salt Lake City. Desde entonces, detalló, el COI ha expulsado a seis miembros y cuatro han dimitido; se han realizado auditorías; se ha creado una Comisión Ética; se han abierto a los medios las sesiones del COI, y se han efectuado en Lausana "importantes reformas". "Nuestro objetivo", concluyó, "es que el mundo tenga en el próximo milenio un olimpismo completamente renovado".

Pero el subcomité, ante el que compareció por la tarde Henry Kissinger, tenía sobre la mesa un informe crítico de George Mitchell, ex senador y ex mediador en el Ulster, que califica de "importantes pasos en la buena dirección" las reformas de Lausana, aunque subraya que mantienen el carácter "cerrado y autosuficente" del COI.

Tras cuatro horas de audiencia, el Congreso despidió a Samaranch manteniendo su escepticismo pero agradeciéndole su comparecencia, que, según el republicano Richard Burr, "evidencia un cambio desde la arrogancia anterior al reconocimiento de que la opinión pública cuenta en el olimpismo". Samaranch aseguró que las ciudades norteamericanas no serán represaliadas en la elección de sedes olímpicas por la actitud del Congreso.

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