Una juez interrogará a los dos abogados de Luxemburgo que ocultan el botín de Roldán
La justicia española no ha tirado la toalla en una de sus más lentas y difíciles batallas: la búsqueda y el embargo de los 1.700 millones de pesetas que Luis Roldán, exdirector de la Guardia Civil, ocultaba en un banco suizo. Cinco años después de que las autoridades de Singapur se negaran a informar a la juez Ana Ferrer sobre el botín de Roldán, transferido en 1994 a uno de los bancos de ese país asiático, la Fiscalía Anticorrupción va a solicitar que se interrogue en Luxemburgo a los hermanos Jean Paul y Monique Goerens, los abogados que escondieron el dinero.
Los Goerens son el último eslabón de una interminable cadena de transferencias y endiablados saltos bancarios de los 1.700 millones de pesetas de Roldán por varios continentes. Desde junio de 1994, estos letrados, contratados por Francisco Paesa, controlan la fortuna oculta de Roldán, condenado a 31 años de cárcel por malversación, estafa, cohecho y delito contra Hacienda.En el elegante palacete levantado en el número 16 del bulevar luxemburgués Grande-Duchesse Charlotte, sede del bufete de los hermanos Goerens, se guardan las claves del destino final de un botín que el exdirector general de la Guardia Civil jamás devolvió, según acredita la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que le ha conducido hasta su celda en la prisión de Brieva (Ávila). Y hasta ese diminuto país (412.800 habitantes), aparentemente tranquilo y apacible, se dirigirá una comisión rogatoria (petición de ayuda judicial) que próximamente tramitará la juez Paloma García, titular del juzgado número 17 de Madrid, según señalan fuentes judiciales. Esta juez dictó en diciembre una orden de búsqueda y captura internacional contra Paesa por su colaboración en la ocultación de la fortuna de Roldán.
Paraíso fiscal
Las autoridades del Gran Ducado de Luxemburgo, un paraíso fiscal que quita el sueño al fiscal Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, aceptarán previsiblemente la petición española y permitirán el interrogatorio de los Goerens. Luxemburgo, con 400 despachos de abogados similares al de los Goerens, se ha convertido en la primera plaza financiera y refugio del ahorro de la Unión Europea.La iniciativa de interrogar a Jean Paul y Monique Goerens parte del fiscal Alejandro Luzón, adscrito a la Fiscalía Anticorrupción, y es el último intento de la justicia española por descubrir el paradero de los 1.700 millones de pesetas que Roldán escondía en sus cuentas suizas y que consiguió salvar gracias a la ayuda de Paesa, excolaborador del Ministerio del Interior durante la etapa socialista.
La vinculación de Jean Paul Goerens con el dinero del exdirector general de la Guardia Civil está acreditada por la policía y por el propio Paesa. Cuando este último prestó declaración ante el Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid, donde se instruyó la causa del caso Roldán, reconoció que Goerens es su letrado y que tanto él como su hermana Monique fueron quienes recibieron en la República de Singapur los 11.171.342 marcos alemanes (916.050.100 pesetas de 1994) de las cuentas de Roldán. Pero añadió que ese dinero era suyo y no del condenado. Algo que las pruebas de los peritos Conrado Pérez y María Luisa López han demostrado que es falso.
Colchón del dinero
Los 1.700 millones que Roldán escondía en el banco CBI-TDB de Ginebra (Suiza) fueron transferidos en enero de 1994, cinco semanas después de estallar el escándalo, hasta la central del Aresbank en Madrid. Un banco del que Paesa es cliente desde los años ochenta y en el que días antes los testaferros suizos Jack Pierre Aberlé y Jean Henry, contratados por él, habían abierto, a nombre de tres sociedades, varias cuentas para que sirvieran de colchón al dinero.A partir de ese instante se puso en marcha lo que los peritos denominan el efecto helicóptero, el movimiento del dinero a una velocidad vertiginosa para borrar su rastro. Del grueso del botín se evaporaron 700 millones mediante numerosas operaciones, transferencias, cobros en efectivo y cheques, y cambios de divisas a cuatro sociedades en Suiza y Argentina, todas ellas vinculadas a Paesa.
El 7 de junio de 1994, mes y medio después de la fuga de Roldán, los Goerens entran en acción. En esa fecha, de la cuenta de la sociedad Wester River, abierta en el Aresbank, se transfirieron los 916 millones de pesetas a la cuenta 499 08156839 del Oversea Union Bank de Singapur, a nombre de la sociedad Almeida Investments Limited.
La CIA, infiltrada en bancos de paraísos fiscales, reveló a la policía española todos los detalles de la operación. El receptor del dinero se llamaba Jean Paul Goerens, un abogado luxemburgués, que poco antes había abierto en el citado banco de Singapur la cuenta donde se depositó el dinero.
Un informe policial español señala: "Los que firman las cuentas son los dos hermanos mencionados como fideicomisarios para clientes no mencionados". Presumiblemente ese cliente era Paesa. La comisión rogatoria española a las autoridades de Singapur fue un fracaso. Éstas contestaron que en su país el secreto bancario "es inviolable". Ahora, muertos Aberlé y Henry en extrañas circunstancias, los hermanos Goerens se han convertido sin quererlo en los últimos testigos.
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