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Reportaje:

Señoras al poder: tres mujeres para cuatro islas

Son tres mujeres para cuatro islas, tres señoras elevadas al poder. Baleares aporta novedades sociológicas que explican el vuelco autonómico, la salida de los populares y el ascenso de un socialista, Francesc Antich, al frente del Gobierno autonómico y suponen, también, avances en el protagonismo institucional femenino. Aquí no existen las cuotas. Hay hegemonía de presidentas en los tres consejos insulares, un trío absoluto de líderes. Son números uno electorales de sus respectivas candidaturas y gobernarán gracias a dos mayorías plenas y una minoría determinante. La izquierda ganó en Menorca y la socialista Joana Barceló es la presidente del Consell insular. El bloque del pacto progresista desplazó al PP a la oposición en Ibiza y Formentera y Pilar Costa, independiente, pero vinculada a los socialistas, gobierna desde el sábado en la Administración interinsular. Finalmente, Maria Antònia Munar, de Unió Mallorquina (UM), con tres de los 33 escaños, manda desde el jueves en el Consell de Mallorca, la mayor isla del archipiélago, con el apoyo de la izquierda, a la que UM situó en la presidencia del Ejecutivo balear. La mallorquina Munar, abogada de 44 años; la ibicenca Costa, también letrada, de 32, y la menorquina Barceló, geógrafa, de 39, no se estrenan en la vida pública. Son políticas experimentadas que han ejercido una permanente cuota de protagonismo político y liderazgo en el interior del partido o la coalición en sus islas, bien en el ámbito balear o en el español, en pugna con otros dirigentes de estas formaciones. Tres feministas con matices: una nacionalista de centro y dos socialistas; una de partido y otra afín, dirigirán como superalcaldesas los actuales consejos insulares, que son macroayuntamientos, las bases de las que nace la estructura autonómica, el Parlamento y el Gobierno balear. Los ciudadanos de las islas eligen a los parlamentarios y consejeros en las mismas listas, en demarcaciones insulares. Los tres consejos de Mallorca, Menora y de Ibiza y Formentera están en trance de transformarse, en los próximos meses, en centros de poder gubernamental, con competencias autonómicas y estatales transferidas y en exclusiva, entre ellas las de Cultura, Urbanismo, Carreteras y Acción Social. Y cada una de las islas tendrá al mando de su Administración a una mujer. En cada consejo regirá una madona, que es una figura respetada en la arcaica cultura mediterránea familiar, que tiene su aspecto jerárquico en la escala del poder doméstico y es referencia cultural en el medio rural. En italiano madona es "la madre de Dios", la virgen, etimológicamente "mi señora". Maria Antònia Munar, casada y con un hijo de diez años, lleva cuatro lustros como alcaldesa de su pueblo, Costitx, y cuatro años como presidenta del Consell de Mallorca, cargo que repite. Antes fue consejera de Cultura, con el PP. En 1992 aguantó con el timón del partido nacionalista centrista, que naufragaba a causa de un abordaje avasallador que perpetraron los populares. Le empezaron a llamar "sa (la) princesa" o "sa nina" (la niña) y a cuestionar las relaciones económicas de sus asociados profesionales y de su marido, un empresario con intereses en el sector de las obras públicas y las excavaciones. Munar, siempre con peinado y maquillaje de mano profesional, es dialécticamente muy dura e implacable con sus adversarios en la distancia corta. Ahora se ha aliado con la izquierda desdeñando al que suponían su amigo natural, el PP, y ha aguantado impasible las más diversas presiones y una lluvia de descalificaciones. En el Consell, que quiere transformar en "el auténtico Gobierno de la isla" controlará especialmente las cuestiones urbanísticas, tan sensibles en esta comunidad autónoma. Senadora desde 1996, Pilar Costa, fracturó electoralmente por dos veces un exclusivo silo de votos y escaños de la derecha más conservadora, Ibiza y Formentera. Ganó a los candidatos que Abel Matutes y José María Aznar avalaron en las últimas elecciones generales y en las autonómicas y locales pasadas uno de sus adversarios -el ex presidente Antonio Marí, del PP- se destacó por sus excesos machistas, verbales y gesticulares. Actriz de teatro aficionado en el que ha interpretado en época preelectoral papeles de prostituta, controla o, mejor dicho, encabeza una coalición que reúne a socialistas, nacionalistas, ecologistas, comunistas, republicanos del pacto progresista. "Una ensaladilla rusa" o "el frente propular", en lenguaje de la derecha. Costa, abogada de 32 años, casada y sin hijos, tendrá que dejar el activo despacho penalista abierto en la villa ibicenca con su hermano Josep Maria -nuevo consejero de Interior de Baleares por el PSOE- y con su amiga la diputada Sofía Hernanz. La presidenta del Consell de Ibiza y Formentera hizo campaña en televisión trasmudándose en diosa Tanit, símbolo de la fertilidad en la isla púnica. Mandará sin perder la sonrisa permanente, recorriendo en moto toda la isla, vestida de lino, con sus inevitables sandalias. El ecologismo y la solidaridad son sus intereses prioritarios. Joana Barceló, licenciada en Geografía, soltera, funcionaria, inspectora y responsable de la oficina de Consumo de Ciutadella, en Menorca -su tierra estricta-, gobernará el Consell desde Mahón, el otro polo insular. Barceló ha sido portavoz socialista en el Parlamento balear dedicando especial interés por los asuntos relacionados con las obras públicas y las infraestructuras, especialmente en las dos últimas legislaturas. Y se expresa de manera implacable, aunque a veces pueda parecer excesivamente enfática. Con un discurso grave y preciso, Barceló ha mantenido actitudes distantes respecto a la actual dirección del partido socialista en Baleares. No se esfuerza por ser simpática y lleva semanas sin abandonar la sonrisa, con el aura y la seguridad del poder recobrado tras ocho años de gobierno menorquín de los conservadoreres. De las tres presidentas, es la más alta, la única soltera y que no peina melena. Fuma tabaco negro y le gusta caminar por la calle y por los caminos rurales del litoral de su isla, que espera dejar sin barreras. Lidera desde 1995, sin paréntesis, críticos o tránsfugas -que los hubo-, el PSOE de Menorca. Militó en el Partit Socialista de Menorca (nacionalista) cuando estudiaba en el instituto. Barceló sigue creyendo que gestionar su isla supone especialmente la normalización de la lengua catalana, la protección del territorio, la paralización de las urbanizaciones, el respeto a los símbolos culturales autóctonos y el mantenimiento de las conquistas sociales y las actividades económicas tradicionales.

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