Paleontólogos de todo el mundo se reúnen en Orce para intentar datar la antigüedad de sus yacimientos
Expertos en Paleontología de todo el mundo se darán cita hoy en la localidad granadina de Orce para poder establecer la verdadera edad histórica de los restos e industrias líticas allí encontrados en los últimos años, a un mes de que comiencen unas nuevas excavaciones, según anunció ayer el presidente de la Sociedad Española de Paleontología, Pascual Rivas. En las sesiones de trabajo estarán presentes miembros de las excavaciones de Dmanisi, en Georgia, en donde se encontraron restos con una antigüedad de 1.800.000 años, o los especialistas de Atapuerca (Burgos). En el encuentro, denominado La cuenca de Guadix-Baza y la cronoestratigrafría continental del Plio-Pleistoceno en Europa, estarán presentes 35 de los mayores paleontólogos del mundo, que tratarán de actualizar "los datos biocronológicos y cronoestratigráficos de la cuenca, la aplicación de nuevas técnicas de datación y la elaboración de un cuadro cronológico detallado de las sucesiones de Guadix-Baza en relación con los principales eventos climáticos y faunísticos" que se registran a nivel europeo, según declararon los organizadores. Poner fecha a los yacimientos de la comarca puede tener una enorme relevancia ya que, al margen de la polémica sobre el Hombre de Orce, las industrias líticas encontradas certifican la presencia humana en la zona. "Atapuerca y Orce se complementan", dijo ayer Rivas. "Allí se han encontrado restos humanos, pero no signos de su actividad. En Orce, en cambio, no hay restos humanos, pero su actividad sí está muy presente". Esto ha motivado que la Junta de Andalucía haya dado por fin luz verde a un nuevo proyecto de excavaciones que comenzarán el próximo mes de julio por un equipo integrado por los científicos Josep Gibert, descubridor del Hombre de Orce, y Bienvenido Martínez, y que tendrá una dotación de seis millones de pesetas, según anunció el delegado de Cultura, José Moratalla. El Hombre de Orce estará al margen de la reunión de paleontólogos. "Su morfología no aporta nada", dijo Rivas, quien resaltó en cambio la enorme aportación científica que suponen los objetos fabricados por hombres y que demuestran que en esa época ya era cazador "y campeaba, es decir, aún no vivía en cuevas". Rivas resaltó que mientras otras cuencas hacen que el flujo de los ríos arrastre objetos al mar, en la de Guadix-Baza, el flujo no se mueve ni es llevado de un lugar a otro. "La comarca se convirtió en un verdadero cementerio de restos", dijo el paleontólogo. La cuestión está ahora en ponerle fecha a los diferentes descubrimientos aplicando la técnicas aparecidas en los últimos años, lo que complementará la información sobre los hallazgos humanos en Atapuerca.
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