FINAL DE VIAJE.
Unos dos millones de peregrinos concluyeron ayer la visita ritual a La Meca que todo buen musulmán debe realizar al menos una vez en la vida, con el sacrificio y posterior ingestión de cientos de miles de corderos. Previamente, muchos de ellos se trasladaron al monte Arafat, a unos 15 kilómetros de la ciudad santa, para orar, como se ve en la fotografía. Uno de los peregrinos se protege con una sombrilla.
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