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Los "barones" exigen a Almunia y Borrell que entierren sus diferencias

El aviso unilateral de José Borrell "a todo el que pinta algo en este país" erigiéndose en interlocutor en representación del PSOE no había sido acordado previamente con Joaquín Almunia, por lo que ha abierto una nueva brecha entre ambos justo cuando querían dar imagen de unidad. Los barones regionales les exigirán hoy, en la reunión del Consejo Territorial del PSOE, que zanjen sus diferencias, porque de lo contrario lo pagará todo el partido en las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de junio.

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Un pulso con riesgo

Borrell y Almunia se verán a primera hora de esta mañana a solas en una reunión que ayer se perfilaba complicada. El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno decidió el pasado sábado, en Granada, dar por hecho desde la tribuna de un mitin que él es el interlocutor de José María Aznar, de Jordi Pujol y de todos los líderes políticos y sociales de éste país para tratar cualquier problema de alcance nacional. Borrell optó por la vía del hecho consumado a la vista de que ni el transcurso del tiempo ni las reuniones y negociaciones con Almunia aportaban los avances necesarios, desde su perspectiva, para asumir las competencias que cree propias de un candidato a presidente, según ha explicado.Tras sostene en el mitin que fue la militancia del PSOE la que decidió con su voto en las primarias que sea él quien ejerza el liderazgo socialista con todas las consecuencias, invocó en su beneficio un argumento utilizado hace seis meses por Manuel Chaves, secretario general de los socialistas andaluces, en favor de la elección de Almunia: el vencedor de las primarias será el auténtico líder político y social del PSOE.

Borrell se quejó, en algunas conversaciones durante el almuerzo privado que siguió al mitin de Granada, de que se esté intentando descafeinar su papel porque él no es la persona que el aparato del partido deseaba que ganara. Aunque en ese almuerzo estaba también Almunia, no discutieron sobre el anuncio que acababa de hacer Borrell. El secretario general del PSOE rehusó ayer dar su opinión sobre el asunto cuando fue consultado por EL PAÍS: "No estoy dispuesto a dialogar, negociar o contradecir a través de los periódicos en asuntos de esta naturaleza".

Cara a cara, ambos tendrán que abordar de nuevo hoy el problema, ya que tienen prevista una conversación a solas y después asistirán a la reunión del Consejo Territorial del PSOE, que agrupa a todos los secretarios regionales del partido y a varios miembros de la ejecutiva federal. La mayoría de esos líderes regionales, que juntos suman todo el poder de la organización,les van a apremiar para que dejen de lado sus diferencias, trabajen de manera coordinada y adopten actitudes flexibles sobre los asuntos que les separan.

Los máximos dirigentes regionales les recordarán que en pocos meses ellos tienen que afrontar en sus respectivos ámbitos elecciones municipales y autonómicas y, por tanto, todo lo que la sociedad perciba como conflicto entre socialistas les perjudica de manera muy grave. A Borrell le pedirán confianza en el aparato del partido y a Almunia, lealtad para con el candidato.

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Los socialistas pretenden que con el Consejo Político Territorial de hoy y el Comité Federal del próximo sábado se ponga fin a las diferencias públicas entre Almunia y Borrell, así como al debate sobre el modelo de Estado que defiende el PSOE. Ambos políticos van a escuchar muchas voces alarmadas por su falta de entendimiento. Ésa será la manifestación general, aunque habrá matices diferentes sobre cuál de los dos debe poner más de su parte para que haya concordia. Aunque casi la totalidad de los secretarios regionales apoyaron en las primarias a Almunia en vez de a Borrell, hoy consideran a ambos responsables de la situación, según varios testimonios de barones socialistas.

A José Borrell le culpan de quejarse en demasía y de traslucir su falta de confianza en las estructuras que dirigen el PSOE, tanto a nivel federal como regional. A Joaquín Almunia le reprochan su resistencia a permitir que el candidato tenga la representación y la presencia propia de quien es el máximo líder de los socialistas ante la sociedad. José María Barreda, secretario regional de los socialistas castellano-manchegos, defenderá hoy ésta propuesta: "No todo el poder del partido para el candidato, pero todos los poderes del partido al servicio del candidato". Barreda pedirá a Borrell que "la Oficina del Candidato sea todo el partido".

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