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AUTOMOVILISMO

Sainz opta al triunfo en Nueva Zelanda

Auriol y la lluvia son los principales rivales del piloto español

Carlos Sainz (Toyota) afrontaba esta madrugada la última etapa del Rally de Nueva Zelanda con posibilidades de luchar por el triunfo. El piloto madrileño tenía por delante siete tramos y 182 kilómetros cronometrados para desbancar del liderato a su compañero Didier Auriol, tarea que no parecía sencilla después de la exhibición de éste en la segunda etapa. Bajo condiciones muy adversas, el francés marcó el ritmo y cobró medio minuto de ventaja. El inglés Richard Burns (Mitsubishi) ocupaba la tercera posición, 14 segundos detrás de Sainz, mientras que el escocés Colin McRae (Subaru), líder del campeonato, estaba a 24. No había nada decidido.La etapa de ayer vivió un día de perros por culpa de la intensa lluvia que no dejó de torturar al rally. Dos tramos se suspendieron porque 40 centímetros de agua habían inundado las pistas, pero no sólo sufrieron los pilotos. ¡Que les pregunten a la veintena de mecánicos de Seat! -los otros participantes españoles del Mundial-. Trabajaron bajo el diluvio, casi a la intemperie, y volvieron a convertirse en ejemplo por su ánimo, además de su profesionalidad, manteniendo el Ibiza de Harri Rovanpera al frente de la categoría de dos litros.

La vieja estación de Maungaturoto se convirtió en el centro de la carrera. Allí se ubicó la zona de asistencia, a la que acudían los coches después de pelearse con el fango de los tramos. "Ya lo veis; no hay mucho que decir", anunció Sainz mientras señalaba su coche una de las veces que se detuvo junto a las furgonetas del taller móvil de Toyota. Los mecánicos no sólo revisaron el vehículo: también le quitaron los kilos de barro acumulado.

El bicampeón español tuvo una buena actuación, pero Auriol defendió su liderato con brillantez. El francés fue el más rápido en cinco de los ocho tramos que se corrieron. Nadie pudo contener su ataque. "Se le ve desmelenado, llevando el coche de lado a lado de la pista", comentó un experto como Amán Barfull, director del Rally Catalunya, que ha viajado hasta Nueva Zelanda como observador de la Federación Internacional.

Sainz ganó tres tramos y consolidó la segunda posición. "Era difícil porque estaba muy resbaladizo [el suelo], pero no hemos tenido problemas. El único es que Auriol va muy rápido". La diferencia entre compañeros se construyó en el tramo más largo del día, de casi 32 kilómetros. Auriol arrasó al resto de los favoritos y le sacó 20 segundos a Sainz. "Quizá los neumáticos que eligió eran mejores", explicó Luis Moya, copiloto de Sainz. "Nosotros usamos una evolución más dura y los suyos debían ser más adecuados".

Por séptima vez esta temporada, sobre nueve carreras, llegaba la hora decisiva y Sainz tenía opciones de triunfar. Sólo en Montecarlo logró la victoria, mientras que ha conocido bastantes más días de infortunio. "Los dos primeros tramos de la última etapa serán determinantes", comentó refiriéndose a la temida cronometrada de Te Korahi, de 47 kilómetros, que se recorría dos veces esta madrugada.

La victoria era el objetivo de Sainz, pero también tenía que controlar por detrás. Tanto Burns como McRae, líder del mundial con cinco puntos de ventaja sobre Sainz, acabaron ayer a una distancia relativa de Auriol: 44 y 54 segundos. Juha Kankkunen (Ford), quinto, y Tommi Makinen (Mitsubishi), sexto, ambos a más de 1,5 minutos de Auriol.

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