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De profesión, víctima

Seguramente ni María Dolores García ni Gádor Parrón pensaron nunca que la de empleada de una agencia de viajes fuera una profesión de riesgo. Quizás más de aventura, pero no de riesgo. Sin embargo, los acontecimientos que han vivido en los últimos 15 días les han demostrado lo contrario. En las últimas dos semanas estas dos empleadas han vivido dos atracos con pistolas y navajas en la agencia de Fuengirola (Málaga) donde ambas trabajan, y temen que la pesadilla vuelva a repetirse. En la denuncia que presentaron tras el segundo atraco han hecho constar una queja por la actitud negligente de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Nacional. Ayer, al menos, García y Parrón no estaban solas en el local de la agencia Marbesol. Había también un técnico de una empresa de blindajes tomando medidas para instalar una nueva caja de seguridad, alarmas y cámaras de vídeo. "Tendremos que pensar soluciones porque lo que no podemos hacer es cerrar las puertas", explicaba la segunda, con un punto de resignación. Las empleadas no quieren hablar mucho de lo que les ha pasado ni que les hagan fotos. "Estamos asustadas", se disculpan. Borrar las huellas Pero en la denuncia que pusieron tras el segundo atraco, perpetrado en las oficinas el pasado jueves, dejaron claro que la actuación policial tras el rato de angustia que pasaron frente a los atracadores no les había satisfecho. "Tardamos más de media hora en poder comunicar con el 091 (Cuerpo Nacional de Policía), y en el 092 (Policía Local) nos dijeron que ellos ya no mandaban ningún coche patrulla porque los atracadores se habían marchado", se quejan. En la denuncia cuentan también que, cuando finalmente acudieron los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, se apoyaron en el mostrador de la agencia, con lo que se borraron las huellas dactilares que habían dejado los atracadores. Los responsables de ambos cuerpos de Policía en Fuengirola han abierto sendas investigaciones para aclarar por qué se tardó tanto en responder la llamada de las empleadas. Porque un teléfono de urgencias que se tarda en coger media hora... Los mandos de ambas instituciones aseguran que se sigue la pista de los atracadores, pero eso no ha tranquilizado a los trabajadores de las agencias de la zona. "En estos casos, la Policía no puede hacer mucho", dice Ana Gómez, empleada de Viajes Paloma, un negocio instalado dos puertas más allá de Marbesol. Gómez ha vivido tres atracos. En uno de ellos lo pasó especialmente mal: la ataron con cadenas y la encerraron en el cuarto de baño. "Y había agentes cerca de la agencia, pero ellos qué van a saber", se lamenta. Aumentan los asaltos El Cuerpo Nacional de Policía de Fuengirola reconoce que en los últimos meses se han disparado los atracos en la zona. "El mes pasado recibimos cuatro denuncias y este mes ya van dos, y uno de ellos importante", dice un agente. Se trata del asalto que sufrió el pasado sábado el Estark 92, un pub de alterne. Un ataque especialmente violento y con un suculento botín. "Entraron cinco tipos encapuchados y armados, echaron abajo las puertas de las habitaciones, amenazaron a todo el personal y se llevaron 18 millones de pesetas", cuenta este policía, y añade: "Ésa es gente organizada y que opera en toda la Costa del Sol. Cuando hay un grupo de éstos instalado, actúa igual en Marbella que en Torremolinos o El Rincón de la Victoria". El responsable de la Policía Local de Fuengirola, Joaquín Rueda, pide que no cunda el pánico en la localidad. "La policía actúa de forma coordinada. Cuando nos llaman para denunciar un atraco, inmediatamente ponemos sobre aviso a los pueblos circundantes y controlamos las salidas de la ciudad. El otro día tardamos menos de cinco minutos en localizar el coche en el que huyeron los atracadores que entraron en la agencia Marbesol". Lo que sí reconoce la policía es que los pubes y las agencias de viajes son objetivos muy apetecidos por los atracadores que actúan en la costa. Mientras más débil y desprotegido es el objetivo, mejor. "Son lugares donde hay dinero en efectivo y que no están vigilados. El atracador que actúa en estos sitios no tiene nada que ver con el que se dedica a los bancos". Pero todas estas pistas y estas actuaciones de la policía no terminan de tranquilizar a las víctimas. "Nosotros nos vamos apañando como podemos", comenta Ana Gómez. "Tratamos de no quedarnos solos, adelantamos la hora de cierre y nos consolamos unos a otros cuando pasa algo. Qué vamos a hacer".

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