"¿Me ha capado el toro, doctor?"

Las innumerables y entusiastas seguidoras de Jesulín de Ubrique se han llevado a buen seguro un susto de muerte, pero finalmente la cosa parece estar a salvo. El diestro entraba a matar al quinto toro en Villacarrillo, Jaén, en la tarde del sábado, cuando el morlaco le propinó una cornada con tal atino que le evisceró el testículo derecho y le desgarró la piel del pene. Con aplomo torero y del otro, lo primero que le preguntó Jesulín al médico que le atendió en la plaza fue: "¿Me ha capado el toro, doctor?". Afortunadamente, no fue así.Por deseo propio, el diestro fue trasladado ayer en ambulancia desde Jaén hasta la clínica Sagrado Corazón de Sevilla. Para recibirle no había ninguna admiradora, pero sí media docena de paparazzi que lo frieron a fotos en los escasos tres metros que separaban la ambulancia de la puerta de la clínica -infranqueable por primera vez para la prensa, acaso debido al efecto Diana -. "¿Cómo estás, Jesulín?", le preguntó un reportero. Jesulín iba medio aturdido por los analgésicos, y lo único que atinó a responder fue: "Jodido. Estoy bien jodido".

El sábado, el diestro le vio los cuernos al toro más cerca que de costumbre. El quinto de la tarde -para que luego digan que no hay quinto malo- lo empitonó en la zona más delicada de su anatomía torera, y el resultado fue, según el parte médico, "una herida incisocontusa con trayectoria ascendente hacia conducto inguinal externo con evisceración del testículo derecho y otra trayectoria hacia la raíz del pene con desgarros importantes en la piel del mismo". El cirujano que le atendió en la enfermería de la plaza, Rafael Fuentes Martos, explicó luego que el cuerno del toro rasgó la piel del escroto y provocó la salida de uno de los testículos.

Pero la especie de Ubrique no peligra. El doctor Fuentes indicó que, en principio, por lo aparatoso de la embestida, se temió por la integridad de Jesulín -y por la de su estirpe-, pero luego comprobó que "no había lesión en el testículo ni el pene".

La intervención resultó simple, y el equipo que lo atendió no era novato (hace unos años tuvo que recomponer a un subalterno de Paco Camino con daños similares). Una vez limpia la glándula, se le colocó un drenaje para no interrumpir las necesidades fisiológicas y se procedió a la sutura. Ahora bien, por delante queda el reposo y la frialdad mental para evitar complicaciones durante el proceso de cicatrización.

La primera noche fue tranquila. Jesulín fue trasladado desde la enfermería del coso villacarricense hasta el hospital San Juan de la Cruz, en Úbeda.Hasta las dos de la madrugada de ayer el cuadro de urólogos y radiólogos estuvo realizando pruebas. Primero para asegurarse de que no se habían producido edemas o hematomas que pudieran dañar el entorno. Después se ocuparon de la cabeza del maestro.

En el revolcón con el animal, Jesulín también sufrió una herida en el mentón y traumatismo craneoencefálico. Las radiografías dejaron claro que el cerebro del diestro se encontraba en el mismo estado que en el momento de iniciar el paseíllo, y con una cura apropiada se evitó cualquier contratiempo en el mentón.

La madre y los hermanos de Jesulín acudieron inmediatamente al lado del de Ubrique, se apostaron a pie de cama y pasaron con él la noche, hasta que el pronóstico de gravedad fue remitiendo. Jesulín durmió, con molestias, hasta la mañana. Tras la cura matutina, el doctor Fuentes aseguró que "el testículo tiene buena coloración" y que "no se han producido problemas de irrigación".

Pero el torero puede aún encontrarse algún que otro escollo, producto de la tirantez que le provocará el cierre progresivo de la herida, ya que ha perdido piel en una zona especialmente susceptible de inflamarse, según el cirujano.