Sainz aprueba su primer examen
La primera prueba cronometrada del Rally de Australia, disputada ayer con apenas dos kilómetros cronometrados, sirvió para comprobar que Carlos Sainz (Subaru) está a punto para defender sus posibilidades de volver a ser campeón del mundo esta temporada. El piloto español se clasificó octavo en su reencuentro con la competición, después de la lesión en el hombro derecho que le tuvo apartado del volante durante dos meses.Los tres segundos que Sainz cedió ayer respecto al primer líder de la carrera, el francés Didier Auriol (Toyota), fueron una concesión mínima en su reaparición. Y la lectura sólo puede ser positiva, pues significan que el bicampeón está plenamente restablecido. El disgusto que le supuso la estúpida lesión al caerse de una bicicleta de montaña y que le hizo perder la anterior prueba del Mundial debe ser ya historia para olvidar.
La clasificación de la superespecial que abrió el Rally de Australia, por su cortísima distancia, no tuvo mayor trascendencia.
Todos los favoritos quedaron agrupados en esos tres segundos. El único hecho destacable, aunque no excesivamente importante, fue que las tres primeras posiciones las ocuparon los Toyota. Tras Auriol, empatados en segundo lugar a un segundo de distancia, se situaron el firilandés Juha Kankkunen y el alemán Armin Schwartz.
Una vez superada sin mayor novedad la primera toma de contacto, los participantes afrontaron esta madrugada la verdadera dificultad. La jornada incluye más de 200 kilómetros y once tramos cronometrados con lo que ya se podrán ver más claramente las posibilidades de cada uno.
Uno de los factores más importantes para esta etapa, y a lo largo de todo el rally, será el orden de salida, pues la superficie es más resbaladiza y peligrosa para los primeros, al estar recubierta de pequeñas piedras redondas que se van limpiando con el paso de los coches. En ese sentido, Sainz podría verse favorecido pues debía iniciar su recorrido en quinta posición.
