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GENTE

UN ATAUD EN UN ARMARIO

Margareta Hull-Hagberg, pastora de la Iglesia luterana sueca, no se desesperó cuando los médicos le diagnosticaron un cáncer. Con cristiana resignación y pragmatismo sueco decidió abaratar los costes de su futuro entierro construyendo su propio féretro. Tomando como modelo un diseño de armario de los que ofrece IKEA, la conocida multinacional sueca de muebles, famosa por su sistema de módulos que el comprador arma, creó uno propio adaptándolo a las funciones a las que iba a estar destinado. Según declaró Margareta en un programa de televisión, el coste, incluida la pintura, no excedía las 1.400 coronas (unas 23.000 pesetas) frente a las cerca de 140.000 pesetas que suelen costar en la funeraria. Dijo también que la diferencia de precio prefería utilizarla en pasarlo bien el tiempo que viviera. Y haciendo gala de un humor nada sueco respecto a la muerte, dijo que "es preferible tener el féretro en el armario y no un cadáver". Además editó un folleto con instrucciones para confeccionarlo, lo que motivó una denuncia de los empresarios de funerarias por competencia desleal, que fue desestimado por las autoridades.-

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