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MOTOCICLISMO

Grave caída de Alberto Puig en Le Mans

La vertiginosa ascensión de Alberto Puig a lo más alto del Mundial de motociclismo se truncó ayer de golpe en el circuito de Le Mans durante los últimos entrenamientos para el Gran Premio de Francia que se disputará hoy (12.00 horas, La 2). Fue un golpe duro y seco contra un muro del circuito a 260 kilómetros por hora. Puig salió escupido súbitamente de su poderosa Honda NSR. El primer diagnóstico fue de fractura de tibia y peroné.

La sobrecogedora escena se produjo pocos minutos después de las tres de la tarde. Los inacabables segundos durante los que el cuerpo de Puig se deslizó sobre el asfalto hasta impactar de forma brutal contra una de las protecciones del circuito, disparó la congoja. Ninguno de los que vieron la escena podía tener dudas. Pero nadie sabía el alcance de las lesiones que pudiera sufrir Puig. Tras ser asistido de urgencia sobre la misma pista, el piloto de Honda fue trasladado a la clínica del circuito y posteriormente a la clínica móvil que sigue todos los grandes premios y que está dirigida por el mago del Mundial, el doctor italiano Claudio Costa. Allí se le realizaron las primeras radiografías. Incialmente el primer diagnóstico era grave debido a que Puig había perdido sensibilidad y movilidad en su pierna izquierda a resultas de un problema neurológico.Sin embargo, una posterior exploración demostró que el nervio en cuestión no estaba roto y, a pesar de los intensos dolores que sufrió Puig, la situación pasó a ser más optimista. Pero nadie se atrevió a dar un plazo de recuperación. Las cábalas hablaban de un periodo de dos meses pero todo a expensas de la operación a la que debe ser sometido Puig. Su familia -sus padres, su hermano y su novia- había llegado ayer mismo por la mañana a Le Mans junto con los responsables de la escudería encabezados por Sito Pons.

Antes de viajar a Barcelona pasó por el hospital general de Le Mans para que preparasen un viaje que realizó en una avioneta alquilada por el. dueño del equipo MX-Onda, Juan Jsoé del Olmo, que la puso a su disposición sin vacilar a pesar de su reconocida enemistad con la cúpula del equipo Honda Pons. Entre el momento de la caída y el momento del despegue del avión de Le Mans pasaron cinco horas en las que Puig no pudo ser anestesiado y durante las que se quejó de forma constante por los intensos dolores que padecía. Sobre la caída, lo único que Puig acertó a decir, entre gemidos, fue: "Se me ha ido de delante". El piloto, de 28 años, tenía previsto ser operado en la noche de ayer en la clínica Dexeus. Esta lesión de Puig, un piloto muy seguro que apenas ha sufrido caídas, es la primera que se produce desde que dió el salto a la categoría reina.

Antes de esta lesión, Puig se encontraba en tercera posición del mundial, al acecho de los dos australianos que se disputan la primacía, Mick Doohan y Daryl Beattie. Sus brillantes actuaciones, y especialmente su victoria en el Gran Premio de España en Jerez, le había convertido en una de las figuras de la especialidad. Ayer, antes de caerse, tenía el segundo mejor tiempo de los entrenamientos.

La pole position las consiguieron el australiano Doohan (Honda 500), el italiano Max Biaggi (Aprilia 250) y el japonés Haruchika Aoki (Honda 125). Los mejores españoles fueron Puig, segundo en 500 a pesar de que no correrá hoy, y Álex Crivillé (Honda), cuarto pese a una caída sin consecuencias. En 250, Luis D'Antin (Honda), fue quinto y Carlos Checa (Honda), sexto y en 125 Emilio Alzamora (Honda) se clasificó cuarto y Herri Torrontegui (Honda), octavo.

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