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El fútbol se fue de cañas

Real Madrid B y Osasuna protagonizan un choque desganado

Carlos Marcos

Vale que el sol pegaba de lo lindo en el cogote y que apetecía una barbaridad estar tumbado en el Retiro con unas cervecitas a mano; vale que se jugaban poco, que Osasuna tiene mínimas posibilidades de ascender y que el Madrid B pocas de descender; vale que lo mejor para ambos equipos, en definitiva, era el empate, un puntito que les mantiene en sus cómodas posiciones; pero lo que no vale es que los papás llevaran a la familia a la Ciudad Deportiva, se gastarán un pastón para que sus hijos vieran a las futuras figuras del equipo de Valdano medirse a un equipo con solera y pretensiones de militar en Primera División, y se encontraran con un tostón. Eso sí que no vale. Hizo mucho calor en la Ciudad Deportiva, tanto por la acción del sol como por la respuesta de los aficionados, que acudieron en un buen número. Pero fue lo único que hubo: el fútbol se fue de cañas.

Y todo teniendo en cuenta que allí había dos equipos con casi todos sus efectivos. El Madrid, con Dan¡, Santamaría y Fernando. Osasuna, con Carlos García, Martín González y ¡cuatro extranjeros!: tres sobre el césped (Vasiljevic, Ziober y Andrés Martínez) y uno en el banquillo (Staniek). Pues ni por ésas. El fútbol no apareció.

Bueno, la verdad es que hizo un amago en los primeros minutos. Poca cosa, pero, al menos, interesante. Fue el duelo que protagonizaron el delantero blanco Dani y el portero rojillo Roberto. Hasta tres mano a mano se vieron. El primero (minuto 5) cuando Dani se escapó muy bien de sus dos marcadores y se, presentó sólo ante Roberto. "Pícala", le pidió un aficionado.

Roberto ganó a Dani

Lo hizo, pero no dio al balón suficiente altura y Roberto paró. El segundo duelo (minuto 13) se disputó en la lejanía. Fue un excelente pase de Gerardo que Dani optó por empalmar (cuando hubiese sido más práctico realizar jugada), saliendo el balón muy cerca del poste. El tercer enfrentamiento (minuto 35) fue significativo de lo que iba a ser el resto del partido: un balón limpio a la cabeza de Dan¡, que opta por no rematar después del amago de Roberto. Seguramente el miedo a volver a fallar ante la puerta contraria impidió al jugador blanco hacer el gol. Y ahí se acabó todo: en el duelo Roberto-Dani, que se llevó el primero de forma clara. El delantero blanco enfiló el camino del vestuario, tras la finafización de su decepcionante primer tiempo, como si le hubieran dado una paliza. Muchos se jugaban las palomitas a que no salía en la segunda mitad. Perdieron. Jugó Dani casi hasta el final, pero como si no: estaba el chaval para el arroz.

Osasuna la tocó más en esta segunda parte. Jugó con la moral blanca en el primer tiempo y ahora imponía los muchos años que llevan algunos de sus jugadores en esto del fútbol. Eso sí, tampoco se acercaron a la portería de Valerio con peligro. "No. vaya a ser que los chavales se animen y nos hagan un gol", debieron pensar. A falta de un cuarto de hora para el final, algunas familias decidieron que ya habían visto bastante y se marcharon con un significativo movimiento de cabeza, acompañado de la sentencia: "Vaya partidito".

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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