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LA LUCHA ANTITERRORISTA

El PNV afirma que no dudara en buscar la paz por su cuenta si no ve "un esfuerzo real" de los demás

El PNV no dudará en buscar la paz por su cuenta, "aunque sea con una brújula en la mano,99, si no ve en los restantes partidos "un esfuerzo real" por alcanzarla. Así concluye el manifiesto que la Asamblea Nacional del PNV aprobó la víspera y que el presidente del partido, Xabier Arzalluz, dio a conocer ayer en Bilbao. Como se esperaba, el texto aprobado a propuesta de la ejecutiva reafirma de manera implícita, pero reiterada, el compromiso, con el Pacto de Ajuria Enea, al tiempo que ratifica genéricamente la disposición a seguir explorando la vía del diálogo con el mundo de la violencia terrorista. La de las alusiones críticas van dirigidas al Partido Popular, aunque no se cita en concreto a ningún partido político.

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La respuesta a las críticas vertidas estos últimos días -principalmente por parte del PP- contra el PNV por su giro táctico en relación con el terrorismo ocupa buena parte de la declaración suscrita por los casi dos centenares de cargos ejecutivos y representantes electos, ilustrando el sentimiento de acoso interiorizado estos días en las filas del nacionalismo vasco."Hemos sido objeto, una vez más", dice el PNV, "de un ataque masivo por parte de partidos y medios de comunicación, poniendo en duda nuestro ser democrático y criminalizándonos como incitadores de actos violentos, bien por nuestras afirmaciones ideológicas en el Aberri Eguna [Día de la Patria], bien por habernos sentado como invitados junto a otros partidos, entre los que se hallaba HB". "La virulencia y generalidad de los ataques recibidos nos lleva a la conclusión de que en el fondo se deben a la intolerancia y al rechazo a nuestro ideario, a la negación intransigente de la nación y de la patria vasca, al rechazo sectario a los derechos de la autodeterminación y de la independencia".

El PNV reprocha que las críticas recibidas vengan sustentadas "desde la afirmación excluyente de la nación española, cuya unidad indisoluble garantiza la Constitución con el artículo octavo; es decir, con la fuerza de las armas". Tras proclamar que no tolerará, en silencio el que partidos políticos de diferente signo, con un sentido democrático por demostrar, se atrevan a poner tacha a nuestros comportamientos democráticos, máxime cuando no pocos destacados miembros de algunos de ellos colaboraron en nuestra persecución y prohibición", el PNV indica que después de 100 años de vida como partido es hora ya de que se les diga "si quienes defendemos un ideario nacional vasco tenemos o no sitio en el que hacer político de un Estado que se profesa democrático".

En parecida línea argumental, el manifiesto sostiene que "no es exacto afirmar que o se está con los violentos o se está con los demócratas", porque, "aun estando contra la violencia, no cabe estar", dice, "con- quienes no respetan un mínimo de dignidad y de libertad". El PNV recuerda, en forma de reproche implícito a los partidos no nacionalistas, que el Pacto de Ajuria Enea defiende también "la legitimidad de todas las ideas políticas expresadas democráticamente; condena cualquier actuación policial atentatoria de la ley y los derechos humanos; apoya la vía de la reinserción y los procesos de diálogo; apuesta inequívocamente por el pleno y leal desarrollo del Estatuto de Gernika".

Aunque la Asamblea Nacional del PNV no cita a partido alguno, la mayor parte de las alusiones críticas van dirigidas al PP. "Rompen la unidad democrática quienes asocian nacionalismo y violencia; rompen los acuerdos quienes incumplen, vulneran o tergiversan sus contenidos". El manifiesto cuestiona las ansias de paz de aquellas formaciones que, a su juicio, no sustraen el problema de la violencia "del tráfico electoral y de la dialéctica poder-oposición".

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La escenificación del agravio

Con la lectura de la declaración de la Asamblea Nacional peneuvista, Xabier Arzalluz cumplimentó ayer en Sabin Etxea, sede central del partido, el último acto de la escenificación del agravio que el PNV puso en marcha cuando, tras el atentado a José María Aznar, arreciaron las críticas por el giro táctico en la lucha contra el terrorismo. Si la indignación ante determinadas acusaciones, desde luego nada fingida, tiene un potente reflejo en la declaración leída por Arzalluz, el texto se inhibe en la respuesta a las críticas concretas recibidas por los efectos que sus movimientos hayan podido tener en el desconcierto y división de las fuerzas del Pacto de Ajuria Enea y por la interpretación hecha por ETA.

La solemne declaración no refleja la duda sobre la oportunidad de los pasos y el tono de las manifestaciones efectuadas semanas atrás que sin duda albergan también algunos sectores nacionalistas, ni le compromete a jugar en unas coordinadas estables. Tampoco la sorprendente actitud de Arzalluz de negarse a responder a las preguntas de los numerosos informadores convocados para, a continuación, comparecer en la Televisión Vasca (ETB) contribuyó a clarificar el difuso panorama dibujado por el manifiesto.

La celebración con carácter urgente y extraordinario de la Asamblea Nacional ha puesto en escena el cierre de filas en torno a una propuesta que por medio de la reafirmación del ideario nacionalista avala implicitamente la práctica seguida. A la vista de las críticas, algunas de ellas ciertamente disparatadas y abusivas, el PNV ha optado por asimilarlas globalmente como un ataque a sus fundamentos nacionalistas sin abordar el núcleo de la cuestión, la idoneidad o no de los pasos emprendidos. La invocación al carácter centenario del partido va acompañada de una cierta apelación al victimismo que le lleva a la reiteración del término "criminalización", sistemáticamente empleado por HB.

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