Desacuerdo en la reunión hispano-británica sobre el contrabando de Gibraltar
, Una atmósfera de desacuerdo planeó ayer a lo largo de la reunión de carácter técnico mantenida en Londres entre representantes del Gobierno español y el británico en torno al tema del contrabando ilegal en Gibraltar. La delegación española, encabezada por César Braña, el gobernador civil de Cádiz, intentó en vano arrancar de sus interlocutores algún acuerdo o compromiso para frenar un comercio ilícito que supone unos ingresos ilegales de unos 3.400 millones de pesetas para los gibraltareños.La situación del contrabando en la colonia británica del sur de la península Ibérica originó una serie de contactos entre Madrid y Londres que culminaron, en diciembre pasado, con la visita a la capital británica del ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana. Éste y su homólogo, Douglas Hurd, sentaron las bases para posteriores encuentros de delegaciones técnicas de ambos países. La primera se celebró. en Sevilla en enero. La segunda, ayer, en Londres, terminó abruptamente.
Lejos de prolongarse hasta las cinco de la tarde como estaba previsto, el encuentro terminó a la una y media y tampoco se difundió ningún comunicado oficial de lo tratado en contra de lo habitual en estos casos.
Las autoridades españolas no ocultan su indignación por lo que consideran una actitud de total desinterés británico frente a un problema de tráfico de ilícitos que incluyen tanto el contrabando de tabaco como el blanqueo de dinero y que se ha incrementado peligrosamente a lo largo del último año.
Desde enero se han apresado tres planeadoras con contrabando sin que las autoridades de Londres -en la reunión de ayer participaron también representantes de Gibraltar- parezcan, según fuentes españolas, especialmente concernidas por el problema.
Acusación de Bossano
Por otra parte, según publicó ayer el semanario The European, el Gobierno gibraltareño ha acusado al español de obstaculizar sus intentos de convertirse en un centro financiero internacional off shore (paraíso fiscal) al denegar a un avión ruso, en el que viajaban 70 hombres de negocios rusos, búlgaros y mongoles, autorización para sobrevolar su territorio con destino a la colonia.
El ministro principal de Gibraltar, Joe Bossano, calificó el hecho como "un ejemplo típico de las tácticas abortivas que utiliza España para frustrar nuestro futuro económico".
