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Pérez Mariño renuncia a su escaño y lamenta a manipulación que se ha hecho de su plante

Luis R. Aizpeolea

El diputado independiente Ventura Pérez Mariño renunció ayer a su escaño y aseguró que no pretende hacer daño al PSOE ni a Felipe González. El magistrado excedente volvió a sorprender, sólo que en sentido inverso al jueves. Si entonces manifestó su discrepancia con la posición del Grupo Parlamentario Socialista en el debate sobre el estado de la nación y pidió la renuncia deGonzález como presidente del Gobierno, ayer lamentó la instrumentalización que otros partidos políticos -en clara referencia al PP e Izquierda Unida- han hecho de su gesto.

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Lo que pudo haber sido y no fue

Pérez Mariño quiso ayer pinchar el globo de la expectación que había levantado su actitud en el Congreso. "No quiero ser un enemigo del PSOE ni menos aún de Felipe González", dijo una y otra vez.Discreto, sin levantar la voz, no quiso que su plante del jueves tuviera una segunda vuelta con un ataque al partido que le había introducido en sus listas de junio de 1993 como sucedió con el juez Baltasar Garzón hace un año. Nada más comenzar la rueda de prensa¡ se vio que pretendía desdramatizar.. Empezó reconociendo que el escaño pertenecía al PSOE y' agradeció a la "generosidad de González" su participación en la vida política.

Con ello satisfizo la petición de dimisión que el mismo jueves le formuló el presidente del Grupo Parlamentario Socialistal Joaquín Almunia, aunque matizó que entendía las razones, pero no las compartía. También respondió favorablemente a la solicitud que el ministro de la Presidencia, Alftedo Pérez Rubalcaba, le hizo el viernes: "Espero que denuncie la manipulación que algunos partidos están. haciendo de su .gesto". Y lo hizo no sólo una vez, sino varias.

El 'paso del Rubicón'

Pérez Mariño aclaró, no obstante, que no se arrepentía de haber pedido la dimisión de González como presidente del Gobierno pese a la instrumentalización política que se ha hecho de ello. Sigue pensando que la misma y' la formación de un Gobierno de gestión socialista, que preparase las elecciones en un año, desdramatizaría la vida política: "Confío en que el tiempo permita saber si es buena o no mi propuesta". Argumentó como prueba de lealtad que se lo había comunicado personalmente a González en la entrevista de media hora que mantuvieron hace tres semanas y que en aquella conversación ya le adelantó que el debate sobre el estado de la nación iba a marcar el paso de Rubicón de su apoyo al grupo parlamentario.

El diputado dimitido explicó que los 19 meses de su ejercicio los ha vivido en un difícil contradicción entre el respeto a sus principios y el respeto a la disciplina del grupo socialista, pero que en los últimos habían aflorado con mayor virulencia las discrepancias. Fue, por tanto, su plante del jueves "una decisión meditada profundamente y con anterioridad" en la que la gota que desbordó el vaso fue el rechazo por parte del grupo socialista de cuatro propuestas de resolución: creación de una comisión parlamentaria de investigación de los GAL; otra sobre el uso irregular de los fondos reservados; la tramitación del proyecto de ampliación de la ley del aborto, y la regulación de la objeción de conciencia.

Pérez Mariño rechazó la crítica socialista de que su dimisión había sido. inoportuna al oscurecer la derrota de José María Aznar frente a González durante el debate de la víspera. "Un debate ni se gana ni se pierde. Debe servir para expresar las propuestas. Nada más, lejos de mi intención que hacer daño al Gobierno y el PSOE".

Tampoco quiso meter ruido al hacer balance de sus 19 meses como diputado. Criticó deficiencias -falta de autonomía del grupo parlamentario respecto al Gobierno, ausencia de relación con IU.-,pero no entró a saco contra sus ex compañeros e incluso dijo que era necesario que el PSOE tuviera una amplia representación: "No me voy defraudado. He tenido la enorme oportunidad de participar en la vida política. balance es positivo". Negó, haberse sentido usado, en contraste con Garzón, que así lo afirmó en su dimisión hace un año: "No me he sentido utilizado. Sé donde estaba. Habría deseado que las cosas hubieran sido de otra forma. No he conseguido todos los objetivos, pero la vida es muy larga. El aprovechamiento ha sido mutuo". No quiso entrar al trapo de las críticas que le han dirigido algunos de sus ex compañeros, como la ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, que llegó a decir que su actuación del jueves había denotado "baja catadura moral".

Tampoco descartó Pérez Mariño que, a su regreso a la Audiencia Nacional, le corresponda juzgar a los GAL. Dijo que estudiará cada caso, pero que no le gustaría que le correspondiera ese asunto para no levantar maledicencias.

Javier Barrero le sustituirá como portavoz de la Comisión de Justicia e Interior.

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