4 'motocacas' contra 250.000 heces
Las calles de Madrid tienen ya artilugios para verse un poco más libres de las heces caninas. Cuatro motocacas circulan ya por las zonas más transitadas por los compradores navideños. La empresa que ganó en julio el concurso para instalar mobiliario urbano en la ciudad incluyó 10 de estos vehículos para limpiar las calles. A partir de ayer, los cacamóviles recorren cuatro itinerarios del centro cazando heces caninas.
Las medidas contra el cuarto de millón de heces que soportan las calles de Madrid han sido tan numerosas como sorprendentes: desde los diferentes modelos de evacuatorios (recintos reservados en el parque del Retiro, perros dibujados en el suelo con pintura especial) a las bolsas o pinzas para recoger a mano el excremento, pasando por un par de tipos de vehículos con trompa para aspirar las cacas.En 1991, el Ayuntamiento convocó un concurso para comprar 10 motocacas, pero se declaró desierto. Estos artilugios están dotados de una especie de bastón que reblandece con agua el excremento (para separarlo de la acera) y después lo aspira.
Tanto los vehículos como el personal que los conducen y el mantenimiento corren a cargo del adjudicatario del concurso de mobiliario urbano, Compañía Española de Mobiliario Urbano y Medio Ambiente, vinculada a la francesa JC Decaux.
Zonas de peatones
De momento, las cuatro motos recorrerán las zonas más frecuentadas por los peatones (uno de los itinerarios parte de la Gran Vía y circula por la calle de Alcála, la Puerta del Sol, calle Mayor y plaza Mayor, hasta Bailén), y limpiarán unos 20 kilómetros de aceras al día. Los seis vehículos restantes se pondrán en funcionamiento antes de Semana Santa.Prácticamente, al mismo tiempo se instalarán los contenedores de vidrio y pilas, aseos, fuentes y señalizaciones culturales (todo se financia con la explotación de los espacios publicitarios que incluyen esos objetos) que se eligieron en el concurso. El aparato ya estuvo funcionando de modo experimental en Madrid, y en la actualidad se puede ver en las calles de ciudades como París (que cuenta con unas 100 motocacas), Bruselas, Niza o Estrasburgo.
