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González quiere aprovechar la recuperación económica, para llegar a pactos con los sindicatos

El Gobierno quiere aprovechar la recuperación económica para llegar a acuerdos con los sindicatos. Esa senda, abierta por algunos comentarios de dirigentes sindicales y empresariales y apoyada en el crecimiento de la economía, le parece al Gobierno un terreno firme por el que iniciar la andadura en septiembre. La posible creación de nuevas vicepresidencias en el Gabinete, mencionada hace seis días por González, tiene pocos visos de plasmarse pronto en la práctica, a juzgar por los comentarios realizados ayer por el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Desde la perspectiva del Gobierno, hay pocos materiales para construir vías novedosas. Instalado en el convencimiento de que su política económica es la correcta y de que ha respondido con energía a los últimos casos de corrupción, cree que es preferible la lentitud a las piruetas. Sobre todo, arguye, si el avance lento es consecuencia de intentar avanzar acompañado.Desde el punto de vista del Partido Popular, la lentitud tiene otra explicación bien diferente: la falta de ideas, el agotamiento del proyecto político socialista, la incapacidad de Felipe González. Tras el verano, los populares van a sustituir la demanda de elecciones anticipadas por una oposición con la vista puesta en unos comicios autonómicos y municipales previstos para dentro de nueve meses.

En septiembre, González se propone, sobre todo, recuperar el dialogo con los sindicatos. Su planteamiento será distinto al de otras ocasiones: en vez de negociar objetivos ambiciosos, como el pacto por el empleo, pondrá sobre la mesa unos objetivos modestos pero también más asequibles. Después de algunas conversaciones informales y reservadas con dirigentes de UGT y CC OO, el Gobierno aspira a llegar a un acuerdo sobre la subida de sueldo de los funcionarios, dato que tiene que formar parte de los Presupuestos del Estado para 1995. Y quiere también pactar la ley de seguridad en el trabajo, las condiciones para una formación laboral continuada y algunas medidas de estímulo a la industria.

Si en la negociación de los sindicatos con la CEOE para sustituir las ordenanzas laborales fuera necesaria una ayuda, el Gobierno se involucraría también en esa negociación, según fuentes de La Moncloa.

El ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo ayer en una conferencia de prensa informal que Felipe González "no descarta" plantear en el Parlamento una cuestión de confianza, pero dejó entrever que hay también otras vías para responder a la derrota electoral del 12 de junio. Desde la perspectiva del Ejecutivo, no le faltan apoyos para gobernar y las causas de que el PSOE perdiera tres millones de votos -crisis económica y corrupción- están en vías de corrección.

Pérez Rubalcaba sugirió que las coincidencias con los nacionalistas catalanes y vascos sobre los objetivos y la orientación de los Presupuestos del Estado para 1995 permiten confiar en un acuerdo a comienzos de septiembre, al que podría sumarse Coalición Canaria, aunque resulte laboriosa la negociación pendiente. En la última semana de este mes habrá una reunión de representantes del Ministerio de Economía y de la Generalitat de Cataluña.

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Rubalcaba se revolvió contra la insistencia del PP en presentar la colaboración del Gobierno con CiU como una relación marcada por pactos secretos. Según él, no hay tales, porque siempre han estado a la vista del Parlamento y se han concretado en medidas, votadas por las Cámaras. "Si dicen que hay pactos secretos tienen la obligación de demostrarlo, y si no pueden, es mejor que se callen. El PP no debe sacrificarlo todo a su único objetivo de desgastar al Gobierno", se quejó.

El portavoz del Gobierno arremetió contra el PP por "jugar con fuego" al alimentar el agravio de Andalucía frente a Cataluña e insistir en que el Gobierno favorece a los catalanes a cambio del apoyo parlamentario de CiU.

El Gobierno sigue pensando que Aznar no ha abandonado su pretensión de que González abandone La Moncloa y convoque elecciones cuanto antes. Si aceptara que ésas son decisiones que escapan a la voluntad del PP sería más fácil llegar a acuerdos en las negociaciones, según los socialistas. Estos reconocen que "no admite dilación" la precariedad del Consejo General del Poder Judicial, ni la prolongada interinidad del Defensor del Pueblo y del Consejo de Administración de RTVE. Y reconocen también que es deseable que se llegue a un acuerdo en septiembre.

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