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Los restautadores 'cosen' 25 piedras para devolver la mano a Cibeles

Cibeles ya enseña sus dos manos. El mejor pegamento del mundo, algunos metros de fibra de vidrio de cuatro milímetros de grosor, unos kilos de mármol toledano machacado, un microscopio, potentes rayos X y la maestría de un grupo de restauradores han logrado que la diosa siga sujentando desde ayer las llaves de una ciudad que no la defendió el pasado mes de julio, cuando los hinchas de las selección española de fútbol la dejaron manca.

Jerónimo García, de 44 años, director técnico de Proart, empresa a la que el Ayuntamiento de Madrid encargó las labores de restauración, ha sido su cirujano y salvador. Con la paciencia y los conocimientos de un médico de la piedra ha logrado reparar la mano pétrea más insigne de la ciudad.Su equipo de restauradores comenzó el meticuloso trabajo con 25 pedazos de piedra en la mano. En primer lugar, los especialistas buscaron la posible existencia de pequeñas fisuras internas y externas imperceptibles a simple vista. "No podíamos comenzar las labores de restauración sin estar seguros de que la mano no tenía otros males", asegura Jerónimo García Gallego. La mano fue por ello revisada minuciosamente con potentes aparatos de rayos X. Tras confirmarse que no existían grietas internas, los pedazos fueron limpiados con alcohol y detergentes especiales.

Luego, y partiendo del trozo más grande encontrado, se fueron añadiendo los restantes pedazos a modo de rompecabezas pétreo. El dedo meñique de Cibeles estaba roto por su base, tenía un fuerte mordisco en el anular y la llave que portaba estaba fragmentada en varios pedazos. Cada uno de los trozos mayores fue taladrado con cuidado y unido delicadamente con varillas de fibra de vidrio de cuatro milímetros de grosor.

El mejor pegamento

Luego se juntaron los trozos taladrados y se les impregnó del material adherente más potente de la Tierra: la resina eposídica. Jerónimo García asegura: "La dureza de este pegamento es superior, incluso, a la de la propia piedra: no le afecta ni el calor. La Cibeles se puede romper por cualquier sitio menos por el lugar donde ha sido pegada".

Concluida esta primera restauración se procedió a rellenar los espacios vacíos. Se calcula" que la cantidad de piedra que no se había conseguido recuperar se sitúa en torno al 5%.

Para rellenar lo! huecos se amasó una amalgama de mármol toledano machacado (de las mismas canteras de donde procede la original piedra de la fuente)y un material compactante. El producto de esta masa fue posteriormente cincelado y lijado por los restauradores.

La existencia de un molde de caucho, de silicona, creado en 1979 con motivo de una anterior restauración de la fuente, facilitó el trabajo de los técnicos. El equipo de especialistas que ha trabajado en la recomposición de la mano (el mismo que llevó a cabo parte de los trabajos de restauración de la puerta de Alcalá o en el palacio de Linares)ha tardado una semana en devolver a Cibeles la mano que Ventura Rodríguez le esculpió en 1777.

Los seguidores de la selección española de fútbol arrancaron la mano de Cibeles a principios del pasado mes de julio, tras el partido en que España venció a Suiza por tres goles a cero. Los vándalos, además de romper la mano de la diosa, destrozaron el 60% de los focos que componen el alumbrado del monumento, causaron graves daños en el sistema hidráulico de la fuente y provocaron importantes desperfectos en algunas de las figuras que rodean a la deidad griega.

Algunos pedazos de la mano izquierda fueron encontrados esparcidos en el interior de la cubeta de la fuente y otros en el interior de una bolsa de plástico que dos jóvenes de Móstoles hallaron en la calle Pedro Muñoz Seca. El coste de la restauración de la mano ronda el millón de pesetas. El montante total de la reparación de la fuente oscila en torno a los 10 millones de pesetas, según las estimaciones municipales.

El Ayuntamiento augura que la diosa volverá a lucir todas sus galas a finales de agosto.

Mientras tanto, los trabajadores municipales siguen intentando arreglar la fuente, donde se posa una diosa que desde ayer enseña su nueva mano izquierda.

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