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El INI liquida Adaro, la primera empresa que fundó hace 43 años

Adaro, la primera empresa constituida por el Instituto Nacional de Industria (INI), desaparecerá en septiembre tras 43 años de vida. La dirección del grupo público y los sindicatos firmaron, a finales de la semana pasada, un acuerdo de liquidación ordenada de la empresa, dedicada a la ingeniería y consultoría minera.El pacto entre el INI y las organizaciones sindicales ofrece tres tipos de salidas a las 102 personas que forman la plantilla de Adaro. Los mayores de 56 años se acogerán a la prejubilación con un complemento por parte del grupo público que varía en función de su edad y de los años de pertenencia a la empresa.

En segundo lugar, casi cincuenta trabajadores serán recolocados dentro del Instituto Nacional de Industria, propietario al 100% de Adaro. 38 de ellos se incorporarán en bloque a INI Medio Ambiente o Initec, pues ambas sociedades tienen un campo de actividad similar al que cubría Adaro y la dirección e INI ha mostrado interés por conservar intacto ese grupo de técnicos. El resto tendrá acomodo en diversas empresas, aún sin definir, del grupo público.

Un tercer grupo de trabajadores ha decidido crear una nueva sociedad, cuyo capital provendrá de las indemnizaciones que percibirán como consecuencia de la liquidación de Adaro. El capital medio recibido como indemnización ronda los 10 millones de pesetas por persona.

El acuerdo de liquidación ha llegado precedido de una auténtica oleada de números rojos. En los tres últimos años, Adaro ha acumulado pérdidas por valor de más de 7.000 millones de pesetas, motivados por la crisis general por la que atraviesa el sector minero español.

Liquidación ordenada

Los cálculos de la dirección del instituto público apuntan a que las deudas de la empresa serán cubiertas de sobra con la liquidación, debido a que los acreedores ya han aceptado importantes quitas. Además, los responsables de Adaro están a punto de tapar el agujero que mantenían con Hacienda y la Seguridad Social.Adaro se fundó en el mismo año que el INI, 1951. Desde aquel momento se dedicó a la ingenería y consultoría de explotaciones mineras, tanto nacionales como extranjeras. En España, tal vez su explotación más importante haya sido la de Minas de Linares.

Fuera de las fronteras españolas, sus trabajos se extendieron prioritariamente por Latinoamérica -Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela o Perú- y África, sobre todo en Guinea. Tras unas décadas con un volumen de trabajo aceptable y unos balances saltando continuamente de los números rojos a los negros, la compañía entró en una situación prácticamente irreversible a comienzos de los noventa. En septiembre, la crisis del sector que le dio razón de ser -la minería-, habrá acabado con la primera empresa que fundó el INI.

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