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Isabel II por fin paga impuestos

La reina de Inglaterra entregará a la Hacienda británica un 40% de sus rentas privadas

Enric González

Si para la reina Isabel II, 1992 marcó una de las peores épocas de su vida por los vaivenes amorosos de sus vástagos, es probable que tampoco pueda olvidar 1993, que será el primer año en que pague impuestos y sustente a su familia con sueldos abonados de sus finanzas particulares. Esto es así porque ayer la monarquía británica hizo un nuevo esfuerzo por remontar su crisis de popularidad. La promesa de pagar impuestos, efectuada hace meses, ha quedado concretada en un acuerdo entre el fisco y Buckingham Palace: tanto la reina como su heredero, el príncipe Carlos, abonarán cada año al Tesoro británico un 40% (el tipo marginal) de sus ingresos privados, sea cual sea su procedencia.La Lista Civil (el sueldo con que el Parlamento subsidia a la reina como jefa del Estado) quedará exenta de impuestos, igual. que los palacios, cuya propiedad se entiende como pública, y la formidable colección de arte, que será puesta bajo control de una sociedad especial autofinanciada.

Los únicos beneficiarios de la Lista Civil serán la reina, su madre y el heredero. Los otros hijos de Isabel II (Ana, Andrés y Eduardo) y el resto de los parientes quedan, desde ahora y para siempre, al margen de esta prebenda. A partir de abril, cobrarán sus emolumentos directamente de la reina, no del Tesoro público.La reducción de los beneficiarios de una Lista Civil que le cuesta al Tesoro 1.500 millones de pesetas al año era especialmente deseada por los británicos, de acuerdo con las encuestas. Las andanzas de algunos de los personajes incluidos en la Lista. (la duquesa de York y su marido, por ejemplo) han contribuido en gran medida a la presente impopularidad de la familia real.

El primer ministro, John Major, ofreció los detalles de la nueva situación fiscal de la monarquía en una declaración especial ante la Cámara de los Comunes. Tanto las filas conservadoras como la oposición laborista y liberal-demócrata acogieron favorablemente el anuncio. "El pueblo británico se sentirá satisfecho", afirmó el líder laborista, John Smith.

Por el contrario, diputados laboristas republicanos como Dennis Skinner y Tony Benn consideraron insuficiente el pacto fiscal. Skinner declaró que la monarquía necesitaba "una revisión a fondo, y no un arreglo bajo mano como el que se nos presenta". John Major insistió en que la iniciativa de pagar impuestos había partido de la reina, y descartó que la "presión popular" (como pretendía Skinner) guardara relación con la reforma.

Isabel II y el príncipe de Gales serán incluidos en las listas de Hacienda a partir del próximo mes de abril. Ambos disfrutan de la misma confidencialidad que sus súbditos en sus negociaciones con Hacienda, lo que impide hacer estimaciones. En medios financieros se considera, sin embargo, que la reina pagará aproximadamente dos millones de libras (unos 360 millones de pesetas) en concepto de rentas por su patrimonio privado (calculado entre 20.000 y 50.000 millones de pesetas).

El príncipe de Gales ya venía pagando, voluntariamente, un 25% de las rentas generadas por su ducado de Cornualles. El tipo se elevará ahora hasta el 40%, pero sólo abarcará "los ingresos que se destinen a fines privados", según la declaración leída por Major.

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