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Siete inculpados del 'crimen de Orozko' acusan a la Ertzaintza de presionarlos

Lorenzo Manzarbeitia, acusado de asestar el golpe en la cabeza que causó la muerte a un guarda forestal en Orozko (Vizcaya), negó ayer ante el tribunal su participación en los malos tratos que sufrió Aureliano Letona antes de fallecer en la madrugada del 6 de febrero de 1981. Manzarbeitia, apodado Serranito, rechazó la versión ofrecida por Mariano Urkijo, otro de los 11 acusados del crimen de Orozko, quien aseguró que le ayudó a trasladar el cadáver del guarda. Siete de los procesados han negado las acusaciones y han testificado que la Ertzairitza (policía vasca) los presionó.

Manzarbeitia, el principal inculpado en el crimen de Orozko, negó ayer sus anteriores declaraciones y afirmó que nunca vio muerto a Letona. Serranito indicó que recordaba la presencia del guarda forestal en el bar donde, según el fiscal, fue vejado y golpeado hasta morir. Reconoció su carácter "bromista", pero señaló que en ningún momento se dirigió al guarda violentamente.

Las declaraciones de los acusados ofrecen detalles diferentes sobre lo ocurrido en la noche de Santa Águeda de 1981 en Orozko, pero todos coinciden en negar que el guarda forestal, quien al día siguiente fue hallado muerto en la orilla de un río cercano, fuese agredido en una juerga.

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