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Un soldado que padecía depresiones mata a tiros a dos compañeros de cuartel

Los soldados Ricardo Olivo Alvarez y Luis Rodríguez Domingo, ambos de 19 años, murieron ayer por los disparos de José Antonio Molero, de 18 años, que se había incorporado seis días antes al destacamento de Peñagrande, en Madrid, donde estaban destinados los tres. Olivo, natural de Madrid, y Rodríguez, nacido en Sevilla, dormían sobre las 6.30 cuando Molero, que estaba de guardia en una garita con un subfusil Cetme, abandonó su puesto y, fue al dormitorio. Sin mediar palabra efectuó tres . disparos certeros sobre sus compañeros. El Ejército, que tardó cinco horas en avisar al juez, posee un informe que afirma que el agresor padecía depresiones y complejo de inferioridad.

En el dormitorio descansaban 13 soldados a esa hora. El soldado entró en la habitación y disparó un tiro en la cabeza a Olivo, nacido en Madrid e hijo de un policía nacional, informa Jesús Duva. Luis Rodríguez, natural de Sevilla, se levantó, pero recibió otro tiro en el abdomen que salió por la cabeza.Tras descargar los tres tiros, Molero comenzó a gritar que los había matado y a preguntar quién estaba de guardia en el cuartel. El recluta se presentó ante el sargento, quien le ordenó dirigirse hacia la salida del dormitorio y tirar el arma. El soldado obedeció y el sargento le detuvo. Molero Garrido fue llevado a un calabozo del cuartel de Aravaca.

Cinco horas para avisar

Los mandos avisaron al juez de guardia cinco horas más tarde de que ocurriese el suceso, según fuentes cercanas a la investigación.

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Los tres soldados estaban adscritos al Regimiento de Transmisiones Estratégicas número 22, con base en Prado del Rey. Ricardo Olivo pertenecía al segundo reemplazo de 1991. Luis Rodríguez se incorporó en el cuarto llamamiento, mientras que el agresor lo hizo en el sexto reemplazo del año pasado, en el mes de noviembre.

Los cadáveres de los dos jóvenes fueron conducidos ayer al Instituto Anatómico Forense por orden del juez de guardia que investiga el suceso. Mientras, el agresor permanecía detenido en las dependencias de la Puerta del Sol, en el Grupo Quinto de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, informa Ana Alfageme. Fuentes policiales indicaron que ayer tarde los agentes estaban interrogando a los testigos y aún no habían tomado declaración a Molero.

Cuatro soldados hacían guardia ayer en el Destacamento de Ingenieros de Peña Grande, en la calle de la Isla de Oza, en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid. Pertenecían al mismo regimiento que los soldados fallecidos, pero guardaron silencio. "Nos han traído aquí por este tema, pero no podemos decir nada porque se nos cae el pelo", comentaban. Varios oficiales se habían desplazado al destacamento para interrogar a los testigos.

Portavoces de Defensa señalaron que el comportamiento de Molero había sido "normal" hasta ayer y que no mantenía ninguna, rencilla con sus compañeros. Sin embargo, fuentes relacionadas con la investigación indicaron que el Ejército posee un informe según el cual Molero Garrido padecía depresiones y complejo de inferioridad, informa José Antonio Hernández. Francisco Castañón, responsable de la Oficina del Defensor del Soldado, señaló a Servimedia que estos sucesos se producen porque Defensa no somete a los reclutas a exámenes psíquicos periódicos.

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