Teorías aparte
Madrid intenta desmarcarse de la evolución bursátil internacional mediante la tranquilidad forzada de los cierres. Esta vez ha sido casi un punto lo que se ha rebajado a la tendencia lógica del mercado, una cifra más abultada de lo habitual pero que no ha sorprendido a nadie. El comportamiento del mercado, sin embargo, no sufre variaciones importantes, ya que el goteo a la baja continúa siendo la única reacción posible fuera de los planteamientos teóricos.Los inversores están utilizando una lógica aplastante que, por una vez, mira tanto al medio como al corto plazo, pues se trata de no mantener posiciones en tanto la Bolsa encuentra un nivel estable, pero sobre todo hay que mantenerse en guardia ante el inicio del próximo ejercicio. Con estás expectativas, la evolución de las cotizaciones queda en manos de lo que suceda en Wall Street, cuyo principal índice sufría presiones psicológicas en la apertura que recordaban la situación del viernes anterior.
Al final, todo se quedó en una sesión controlada de la que sólo se puede deducir que los únicos compradores son institucionales y que todavía acude al mercado el suficiente papel como no para considerar como cerrada la corriente vendedora. El índice perdió 11 centésimas y se sitúa en el 245,78%.