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El BEF emitió resguardos falsos de pagarés forales y del Tesoro por cerca de 1.400 millones de pesetas

El Banco Europeo de Finanzas (BEF) emitió resguardos falsos de pagarés de la Diputación Foral de Vizcaya y del Tesoro, por cerca de 1.400 millones de pesetas. Estos títulos eran entregados a algunos clientes de dinero negro, a cambio de efectivo y con una rentabilidad media del 6%. Sin embargo, en lugar de depositar el dinero en la cuenta de la Diputación o del Tesoro, se destinaba a negocios privados al margen de la contabilidad del banco, según se desprende de las investigaciones en curso. Además, el constructor Longinos Sánchez pagó parte de sus acciones de Eurocapital con créditos de 610 millones de pesetas concedidos por la propia sociedad.

La lista de posibles irregularidades en Eurocapital y el Banco Europeo de Finanzas aumenta día a día, a medida que los inspectores del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) van obteniendo documentos que habían desaparecido durante las horas previas a la intervención oficial. Las sospechas se confirman poco a poco, sobre todo tras la destitución de Francisco Peiró como primer ejecutivo del grupo. Los nuevos gestores son los primeros interesados en aclarar un buen número de operaciones realizadas en los últimos meses y parecen dispuestos a entablar acciones judiciales contra el anterior equipo directivo, según fuentes de la entidad.

Redes paralelas

El último hallazgo en las investigaciones realizadas se refiere a la existencia de una red paralela de resguardos de pagarés forales y del Tesoro, que no se sustentaba con títulos reales. El sistema funcionaba de forma sencilla. Parte de los fondos de dinero negro que recibía el banco para ser invertido en pagarés con opacidad fiscal, se desviaba de los canales habituales y se destinaba presumiblemente -según fuentes de la investigación- a negocios privados de accionistas de la entidad o de personas o empresas vinculados a ellos. Añaden, sin embargo, que el destino de estos fondos es difícil de demostrar.

De los cerca de 5.000 millones que teóricamente el BEF tenía invertidos en pagarés de la Diputación Foral de Vizcaya y del Tesoro, unos 3.600 se sustentaban en títulos reales y los 1.400 millones de pesetas restantes eran canjeados por resguardos falsos. Los inversores recibían el dinero invertido en el momento de la amortización pactada sin problema alguno, pero los fondos nunca pasaban a las cuentas que la Diputación de Vizcaya o el Tesoro. Fuentes jurídicas indicaron que estas operaciones podrían incurrir en delito de falsedad en documento mercantil.

Los inventores del sistema cometieron, sin embargo, diversos errores, fáciles de detectar una vez que se han conseguido los documentos. En primer lugar, los pagarés verdaderos se intermediaban a través de la mesa de contratación del BEF y llevaban la firma de alguno de los apoderados de la entidad, mientras que los falsos se hacían al margen de la estructura del banco y llevaban la firma personal de Francisco Peiró, presidente del grupo, con plenos poderes ejecutivos. Además, algunos de los resguardos falsificados incluían una fecha de amortización del título que no se correspondía a las emisiones correspondientes.

Los inspectores del Banco de España y la CNMV buscan también documentos que puedan probar que algunos de los propietarios y consejeros de Eurocapital adquirieron sus acciones con créditos de la propia entidad. En este sentido, la autoridad monetaria acaba de recibir información sobre dos créditos concedidos por la citada sociedad a las inmobiliarias Las Colinas y El Tropico, propiedad del constructor Longinos Sánchez y dos de sus hijos (Juan Carlos y Fernando), que fueron utilizados para la compra de poco más del 5% de las acciones de Eurocapital.

Los dos préstamos se hicieron por valor de 435.864.000 y 174.438.000 pesetas respectivamente, cantidades que coinciden exactamente con lo entregado a la sociedad Bretama, que vendió las acciones. Se da además la circunstancia que Longinos Sánchez realizó el citado pago con los propios talones de Eurocapital.

Los contratos de préstamo a las dos sociedades inmobiliarias citadas, con fecha de 9 de septiembre de 1990, tienen además una modificación de contrato ese mismo día, en la que Enrique Pastor -anterior secretario del consejo- y Francisco Peiró dejan sin efecto algunas de las clausulas relativas a la ejecución de garantías por el impago de los intereses o el principal del crédito. También se faculta al prestatario para que éste "en cada uno de los periodos anuales pueda pagar los intereses con la periodicidad que elija su voluntad, dentro del año y pagando en cada periodo la cantidad de intereses que al mismo corresponda. El hecho de que dichos periodos sean superiores a los tres meses pactados, no dará lugar al devengo de cantidad alguna por intereses de demora", dice textualmente.

En busca de la 'carpeta negra'

El principal problema con el que se están encontrando los inspectores oficiales para llevar a cabo su investigación en Eurocapital y el Banco Europeo de Finanzas (BEF) es la desaparición de buena parte de los documentos de ambas entidades. Fuentes oficiales, han reconocido que cuando se personaron en la sede central de ambas sociedad, el 30 de septiembre, ya faltaban muchos de los papeles básicos para detectar las irregularidades que se sospechaba habían realizado sus gestores.Al parecer, el viernes 27 de septiembre, anterior día hábil a la intervención, se produjeron no sólo importantes retiradas de fondos por parte de consejeros y clientes del BEF, sino también la desaparición de paquetes enteros de documentación. Buena parte de esos papeles correspondían a los clientes de dinero negro y a algunas operaciones especiales realizadas por algunos de los gestores del grupo.

Esos documentos se guardaban en la denominada carpeta negra a la que sólo tenían acceso dos o tres personas de la cúpula del grupo. Las operaciones contenidas en esa carpeta no se incluían en los ordenadores de Eurocapital ni del BEF, sino en un pequeño ordenador portátil marca Toshiba, que también ha desaparecido de las oficinas de la entidad.

Por todo ello, la única forma de conseguir la información necesaria para confirmar las sospechas oficiales y cerrar los expedientes abiertos hasta ahora (dos del Banco de España y otros dos de la CNMV) es la colaboración de los empleados del banco, que se muestran reacios a facilitar demasiados datos por miedo a posibles represalias, o del grupo que se acaba de hacer cargo de las gestión de Eurocapital tras destituir a Francisco Peiró.

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