_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El reloj de Mandela

EL MÁS conocido partido antiapartheid de Suráfrica, el Congreso Nacional Africano (ANC), de Nelson Mandela, ha comunicado oficialmente su decisión de suspender las negociaciones que venía manteniendo desde mayo del pasado año con el Gobierno de Frederik de Klerk sobre la democratización del país en general y la modificación de la vigente Constitución racista en particular. La dirección del ANC ha indicado que no volverá a la mesa de conversaciones mientras el Gobierno no dé satisfacción a sus exigencias en relación con los conflictos interétnicos que vienen ensangrentando los suburbios negros de las ciudades desde hace meses. El partido de Mandela, cuyos seguidores pertenecen a la etnia xhosa, considera al Gobierno responsable de esa violencia por el apoyo bajo cuerda de sectores del aparato del Estado al partido Inkhata, de la etnia zulú, ampliamente mayoritaria a su vez entre la población negra del país.Tras su renuncia a la lucha armada, el ANC está empeñado en una batalla muy delicada por forzar la democratización de Suráfrica aprovechando los resquicios abiertos por las reformas liberalizadoras de De Klerk. Pero, como ha ocurrido en otros procesos de transición de un sistema autoritario a otro democrático, los sector es inmovilistas del régimen presionan para contener la liberalización en límites compatibles con el mantenimiento de los privilegios tradicionales. Esos sectores saben que su mejor arma es la división -y, si es posible, el enfrentamiento abierto-entre las fuerzas opositoras.

El Gobierno se encuentra así en la encrucijada de elegir entre un paso resuelto a favor de la reforma, lo que implicaría enfrentarse abiertamente con los ultras (y con sectores de la policía), o la contención de aquélla, para lo que necesita la coartada de los enfrentamientos étnicos. Ello determina a su vez el difícil equilibrio de la oposición antiapartheid, que debe presionar al régimen lo suficiente como para obligarle a acelerar el desmontaje del sistema segregacionista, pero no tanto que favorezca las expectativas de la extrema derecha del régimen, que acusa a De Klerk de traidor y exige la inmediata marcha atrás. De ahí que, pese a la ruptura oficial de las conversaciones con el Gobierno -un gesto en buena parte dirigido a la opinión internacional, cuya presión ha sido decisiva en la evolución del régimen-, el ANC haya admitido que delegaciones oficiosas continúen los contactos iniciados hace un año.

Mandela, que cuenta con un reconocimiento internacional del que carecen los otros protagonistas de la transición, sabe que el tiempo juega a su favor. Demostró inteligencia al renunciar a los métodos violentos y buen sentido al combinar la negociación con la movilización y el emplazamiento sistemático al Gobierno. Y aunque es posible que sea cierto que la policía manipula a los zulúes, no puede ignorar que una salida estable y democrática del infierno del apartheid implica renunciar a toda pretensión de exclusividad en la representación de los intereses de la población negra. Es decir, la apertura de una vía de negociación también con los zulúes de Inkhata.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_