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La oposición ve al vicepresidente "derrotado y atrapado"

La oposición coincidió ayer unánimemente al considerar el mitin de Alfonso Guerra en Sevilla como un acto de propaganda que no convenció a nadie. La opinión fue unánime en observar al vicepresidente "derrotado y atrapado". Algunos llegaron más lejos al afirmar que estamos asistiendo al final político de Guerra.El secretario general del Partido Popular, Francisco Álvarez Cascos, opinó ayer que con el mitin protagonizado el pasado domingo por Alfonso Guerra "asistimos al canto del cisne" del vicepresidente del Gobierno.

"El verdadero problema", sostuvo Álvarez Cascos, "es que Guerra tiene cada vez menos credibilidad para atribuir su descrédito a campañas políticas de laboratorio, como él ha dicho. Los medios de comunicación son los primeros que saben que no hay ningún laboratorio detrás de las denuncias y de las informaciones que ellos han publicado. Como intérprete de un guión, Guerra estuvo el domingo más bajo que en anteriores ocasiones. No estuvo convicente, pareció derrotado por sí mismo".

El presidente de honor del Partido Andalucista (PA), Alejandro Rojas Marcos, dijo que el mitin fue un "fracaso absoluto porque la ciudad, que descubrió la operación montada por el PSOE para lavar el tremendo escándalo del tráfico de influencias, estuvo ausente". Rojas Marcos aseguró que "estamos asistiendo al final de Guerra como político" y añadió que "la caída del vicepresidente del Gobierno puede hacer mucho daño, porque él, de forma deliberada, se está identificando con el PSOE y, lo que es mucho más grave, con la democracia". "Guerra ha demostrado que su discurso, cuando no recurre al insulto, es muy pobre", agregó el político andalucista.

El secretario general del Partido Comunista de Andalucía y candidato de Izquierda Unida (IU) a la presidencia de la Junta, Felipe Alcaraz, calificó de "acto fallido" el mitin ofrecido por Guerra. Alcaraz afirmó que IU será muy beligerante con la imagen que, a su juicio, pretende dar Guerra de la región: "Quiere dar a entender que Andalucía comprende mejor el tráfico de influencias, y no vamos a consentir que se quiera dar una imagen de la comunidad como si ésta fuera la cueva de Alí Babá".

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, afirmó ayer a la cadena COPE que "catarsis está bien que las tengamos todos, pero no que nos las haga el vicepresidente Guerra, que es el menos indicado para hacer las catarsis de otros". Precisó que "Guerra hizo una cosa muy mal hecha en el Parlamento, que fue no contestar debidamente a las preguntas que se le hacían y en cambio salir al ataque, hacer un huida hacia adelante, y esto lo pudo hacer por dos motivos: o es incorregible o realmente se sentía muy atrapado".

Un portavoz del Opus Dei dijo ayer, en relación con las alusiones de Guerra sobre sus vinculaciones con el Partido Popular, que la Iglesia no interviene ni directa ni indirectamente en acontecimientos políticos ni en partidos, y los miembros de la prelatura son tan libres como cualquier fiel a la hora de actuar en política. El Opus Dei, agregó el citado portavoz, no tiene nada que responder al vicepresidente porque se trata de unos asuntos políticos "sobre los que esta oficina nunca ha opinado".

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[Por otro lado, Antonio Matés, abogado de Juan Guerra, aseguró ayer que su cliente comparecerá ante la comisión del Ayuntamiento de Sevilla que investiga la concesión de unos terrenos de la empresa pública Mercasevilla a una sociedad vinculada al hermano del vicepresidente del Gobierno. El abogado Antonio Matés añadió que Juan Guerra también acudirá a las citaciones de los fiscales de Sevilla y Cádiz, informa Lourdes Lucio.]

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