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César Fratantoni

Un odontólogo que busca las raíces del 'jazz' en Zimbabue

César Fratantoni era odontólogo en Buenos Aires. Amante incondicional del jazz y pianista de pequeñas bandas. En 1970, a los 31 años, descubrió que una barrera le impedía llegar a lo más hondo de la música: el sentido del ritmo. Viajó a África para empaparse de ritmo. Ahora, con 49 años, es odontólogo en Madrid y Segovia. Toca el piano y el clarinete en la Neptune Jazz Band of Zimbabue, banda formada por él con uno de sus hijos y cinco hermanos de la tribu tonga, a los que recogió en Zimbabue.

"Comprendí que lo mejor para investigar los orígenes del jazz para llegar a sus raíces, era viajar a África. Me fui a Rhodesia [República Independiente de Zimbabue desde 1980] por unos meses". Estaba casado y tenía tres hijos. "Cuando comprobé que podía quedarme, que me permitían ejercer la profesión, monté mi clínica y me instalé allí".La clínica la montó en la zona de Zimbabue que limita con Zambia, "un lugar ideal para investigar los ritmos que yo quería". Le surgió entonces la idea de formar una banda con gente nativa. "Gente pura, que no hubiese escuchado más música que la de su propio folclor, sus canciones tradicionales de misas, bautizos y funerales". César Fratantoni trabajaba cuatro horas en su clínica y el resto del día lo dedicaba a experimentar con la banda y a asistir a rituales negros. "Los funerales duran allí una semana. Con miles de personas que no paran de bailar entre grandes hogueras. Te impresiona, y al principio incluso asusta. Pero es todo muy pacífico".

La banda se formó con los cinco hermanos Siankope, cuatro chicos y una chica de la tribu tonga, asentada en el valle del río Zambeze, con edades comprendidas entre los seis y 16 años. "Hablar de su parentesco y edades es complicado, porque no tienen libro de familia y el paso del tiempo lo cuentan en su tribu diciendo que uno nació el año de la inundación y otro el año de la sequía". César Fratantoni se hizo cargo de los cinco hermanos por mediación de un misionero, al enterarse de que habían quedado huérfanos de padre. Fue él mismo quien se encargó de que aprendieran a tocar los instrumentos musicales. "Ellos aportaban lo imprescindible: el ritmo". Por entonces, los hijos naturales de Fratantoni eran ya cinco.

"Llevamos nuestra música africana, religiosa y popular, a Nueva Orleáns. Los musicólogos coincidieron en afirmar que hacíamos el jazz primigenio, el auténtico que sonaba en esa ciudad a finales del siglo pasado. Eso sólo puede salir de quien ha vivido en África".

César Fratantoni vive ahora en El Escorial (Madrid) con los cinco hermanos Siankope, que estudian música en el Real Conservatorio de Madrid. Neptune Jazz Band of Zimbabue actúa sobre todo en Holanda, Bélgica y la República Federal de Alemania. A España llegaron hace dos años, pero tampoco tienen intención de quedarse aquí mucho tiempo. Cuando terminen el curso, Junior, Japhet, TryweIl, Daniel y Sabina habrán de decidir si regresan a su país o continúan sus estudios en el Reino Unido o en la RFA. A César Fratantoni, para quien Bach y la magia son sus otras debilidades, no le supondrá mayor trastorno montar una clínica en otras latitudes. Ahora sus hijos naturales los tiene repartidos por tres continentes. Su mujer se quedó en Zimbabue.

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