66 años tras los Juegos
Ésta es la quinta vez que Barcelona aspira a la organización de los Juegos Olímpicos
La primera vez que la idea olímpica tomó cuerpo en Barcelona fue en el período de las grandes exposiciones, como un proyecto complementario de las espectaculares iniciativas ciudadanas del momento. Desde el instante mismo de la. clausura de la Exposición Universal de 1888, los barceloneses se plantearon la celebración de un nuevo acontecimiento de estas dimensiones. El 19 de mayo de 1929, el rey Alfonso XIII inauguró la Exposición Internacional. El 18 de agosto de 1920, el consistorio barcelonés, cuyo alcalde era en aquellos momentos Antoni Martínez Domingo, decidió apoyar la candidatura olímpica para el año 1924. El único miembro español del Comité Olímpico Internacional (COI) era en aquellas fechas el conde de Mejorada del Campo, mientras que el barón de Güell. presidía el Comité Olímpico Español (COE).El COI en Barcelona
El COI decidió en aquella ocasión, a propuesta del barón de Polignac, que se votara conjuntamente la designación de las sedes para los años 19,24 y 1928. Las ciudades con más posibilidades eran Amsterdam, La Habana, Roma, Los Ángeles, Praga, Barcelona y París.
Las crónicas colocaban a París en la última posición entre las favoritas, dado el pésimo resultado de los juegos organizados en el año 1900. El francés Pierre de Coubertin, que ejercía la presidencia del COI desde el año 1896, anunció durante estas sesiones su retirada para después de los juegos del año 1924. El barón no se limitó a ello, sino que en una carta dirigida a sus compañeros, de los que 24 asistieron a la convocatoria de Lausana, reclamó para su patria la organización de los JJ OO en los que se celebraría el 30º aniversario de la restauración. París fue designada para los VIII JJ OO de Verano, y Amsterdam, para los de 1928.
Hacía 11 años que Barcelona aspiraba a ser sede olímpica cuando 19 de los 67 integrantes del Comité Olímpico Internacional se hospedaron en el hotel Ritz de la ciudad, con su presidente, el conde belga Henri de Baillet-Latour, al frente, para iniciar los trabajos de la 30ª sesión del comité. La otra gran candidata era Berlín, que había sido designada sede oficial para los juegos de 1916 y no pudo albergarlos a causa de la Guerra Mundial. Roma, Budapest, Alejandría, Buenos Aires, Colonia, Dublín, Francfort, Helsinki y Nuremberg completaban el cuadro general de contrincantes, que finalmente quedaría reducido a Barcelona, Berlín, Budapest y Roma.
La candidatura se había formalizado en el año 1929. Uno de sus impulsores fue el barón Santiago de Güell, presidente del Comité Olímpico Español y miembro del COI, y la candidatura se convirtió en. una iniciativa municipal con algunas colaboraciones privadas. El estadio de Montjuïc, cuya primera piedra había sido colocada por el propio Baillet-Latour el día 5 de abril de 1928, la construcción de una piscina de 50 metros y unas pistas de baloncesto eran las bazas deportivas en que se apoyaban las aspiraciones barcelonesas.
La familia olímpica, en la que figuraban un marqués y cinco condes, llegó a Barcelona a los 10 días de la proclamación de la República, en un ambiente de fervor popular por el nuevo régimen. Tanto el alcalde, Jaume Aiguadé, como el presidente de la Generalitat, Francesc Macià, agasajaron a los ilustes visitantes para que se llevaran una buena impresión de la ciudad.
Las sesiones se desarrollaron con el secreto habitual del COI. La escasa asistencia a la sesión de Barcelona aconsejó a los miembros del comité aplazar la designación de la sede, a la espera de los votos por correo de los ausentes. Posteriormente, se sabría que los italianos renunciaron a someter a votación las aspiraciones de Roma y que Hungría retiró la candidatura de Budapest en beneficio de Berlín.
Baillet-Latour pareció alentar las esperanzas de que nada se había perdido al declarar que las ausencias de miembros del COI "podían ser motivadas por las falsas informaciones que han circulado acerca de la realidad de la situación general de este bello país, que está dando un admirable ejemplo de ciudadanía".
El día 13 de mayo de 1931 se conoció el resultado de la primera votación por sorteo celebrada por el COI. Berlín obtuvo 43 votos, y Barcelona, 16. Hubo ocho abstenciones.
El Intento 'olvidado'
Cinco años después de esta decisión, el 19 de julio de 1936, el alcalde Carles Pi i Sunyer daba la bienvenida a 5.000 atletas y a 2.000 integrantes de grupos folclóricos, todos ellos participantes en la Olimpiada Popular de Barcelona. Solamente siete días después, el Comité Olímpico Internacional tuvo constancia de una nueva solicitud barcelonesa.
El 26 de julio de 1936 se formalizó una candidatura que durante décadas permaneció en el secreto de unos pocos. Hace apenas un año, miembros del equipo de relaciones internacionales del Consejo Rector de la actual candidatura, dieron con la corta historia del tercer asalto al Olimpo. Las circunstancias políticas de aquel momento, coincídentes con el levantamiento militar del 18 de julio, relegaron el proyecto a los círculos de los directamente interesados. La delegación española, con el presidente del Comité Olímpico Español, August Pi i Sunyer, al frente, no pudo acudir a la cita de Berlín para defender los intereses de la ciudad. Estas características, y el hecho de que los juegos del año 1940, adjudicados a Helsinki, no llegaran a celebrarse como consecuencia de la II Guerra Mundial, explican que los promotores de Barcelona 92 no hayan echado mano de este tercer intento, salvo en contadas ocasiones.
A mediados del mes de noviembre de 1965, un suelto en la Prensa barcelonesa daba a conocer las intenciones del Ayuntamiento de presentar la ciudad como candidata a ser la sede de los JJ OO de 1972. El intento se fraguó con prisas. Faltaba sólo un mes y medio para que el Comité Olímpico Español presentara la candidatura española ante el COI, que debía reunirse en Roma entre el 25 y el 28 de junio de 1966 para designar la sede.
Los promotores barceloneses, Pau Negre (miembro del COEy futuro concejal de Deportes), Alberto Assalit (predecesor de Negre en la ponencia municipal de deportes), Francisco Platán (futuro delegado provincial de Deportes) y Fernando Riba, entre otros, emprendieron la urgente elaboración. de un informe en el que se recogían las instalaciones disponibles en la ciudad y los proyectos para presentar ante el COE. Juan Antonio Samaranch, el hombre en Cataluña de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes, era el gran aliado de los impulsores del proyecto, que pretendían levantar la Villa Olímpica en la montaña de Montjuïc.
Los juegos de 1972 abrían, según el documento presentado al COE, una perspectiva de grandes construcciones deportivas, algunas de ellas, como la piscina de 50 x 25 metros -con el nombre de Picornell, en honor del fundador del Club Natación Barcelona y miembro del COE fallecido en 1970-, se materializaron a los pocos años. Otrias quedaron en proyecto hasta este momento.
Pocos días antes de Navidad, Pau Negre recibió, en su casa de Puigcerdà, un telegrarna del COE convocándole a una reunión para el 24 de diciembre. Negre se interesó telefónicamente por el orden del día. Una voz, desconocida para su hije Leandro, testigo de la conversación, le explicó a su padre: "No tiene importancia, es para cerrar las cuentas". Samaranch estaba en Melbourne, con el equipo español de Copa Davis. También se encontraba de viaje Isidro Oliveras de la Riva, otro miembro catalán del COE. Y Pau Negre, tranquilizado por la conversación telefónica, no acudió.
El 28 de diciembre, una carta de José Antonio Elola Olaso, delegado nacional de Educación Física y Deportes y presidente del COE, a Avery Brundage, presidente del COI, confirmaba la candidatura de Madrid y la celebración de las pruebas náuticas en Barcelona. Al día siguiente se oficializaron las candidaturas de Múnich y París, mientras Sidney y Viena anunciaban su retirada.
"En aquellos tiempos aún vivía el señor de El Pardo", dicen como toda explicación aIgunos de los protagonistas de la polémica decisión. Unas fuentes minimizan el contencioso afirmando que la candidatura de Barcelona estaba en una fase muy embrionaria. Otras aseguran. que la decisión del COE "fue tomada con un completo informe de Barcelona contra un telegrama del entonces alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro".
El Comité Olímpico Internacional se reunió entre el 25 y el 28 de junio de 1966, en el hotel Excelsior de Roma. Las ciudades candidatas eran Detroit, Montreal, Múnich y Madrid. El día 26 de junio, el príncipe Alejandro de Merode comunicó la decisión de que los Juegos de Verano de 1972 se celebrarían en la ciudad de Múnich.
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