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Nuevo triunfo del Joventut en la cancha del Madrid

Luis Gómez

El Real Madrid no está derrotado, aunque pueda parecer lo contrario a la vista del resultado ante el Joventut. Le falta una pieza valiosa y, aun sin ella, está dispuesto a dejar en entredicho algunos pasajes de la biblia del baloncesto. Si es preciso, jugará con los más bajos del lugar; si es imprescindible, intentará ganar. Del Corral se convirtió ayer en pívot durante los 12 últimos minutos y el Joventut necesitó de una salvadora canasta triple de Villacampa para poder resolver el partido en el último minuto.Que Del Corral es capaz de heroicidades nadie lo duda, puesto que hace algún tiempo, cuando militaba en el Cajamadrid, se encargó de una fiera que, por entonces, devastaba en las canchas españolas, Kevin MaGee, y la anuló.

Así, a la vista de que el Joventut tiene cierta tendencia a arrugarse ante el Madrid, cabía la posibilidad de esperar una victoria con cuatro bajos, táctica contradictoria con aquélla que está de moda, como es la del juego con tres altos. Del Corral cortó un par de pases a Schultz y cogió luego un rebote, pero fue Jofresa quien puso un poco de orden en la natural inclinación del equipo badalonés a precipitarse. Si lo hubiera hecho, que a punto estuvo, habría acabado arrollado por la máquina de correr que el conjunto de Lolo Sainz puso en juego.

El Joventut comenzó mandando en el marcador gracias al rápido ritmo de Jofresa. Aunque Villacampa no estaba muy sereno, unas buenas acciones de Reggie Johnson y el día de Margall servían para mantener una ventaja que rondaba los seis puntos. Schultz, como acompañante, tuvo unos minutos de tremenda eficacia que, a la postre, terminaron siendo decisivos; en la defensa marcaba a Branson y en el ataque buscaba provocar las personales de Romay. Tardó un poco, pero consiguió echar al pívot madridista, justo, además, cuando el Madrid apuntaba un claro despegue en el marcador con tendencia a poner en marcha los fuegos artificiales. Con 11 tantos a su favor, el partido quedaba desnivelado en contra del que lo iba a ganar.

Llegaba un momento teórico y sometido a especulación estos días: Romay se marchaba y el Madrid quedaba al descubierto por arriba -faltan aun Larry Spriggs y Rafael Rullán, no hay que olvidarlo- Con cuatro bajos enfrente, el Joventut entró al trapo porque se lió a correr. La ventaja era para el Madrid. Ocurrió, sin embargo, que Margall estuvo en vena de aciertos, que unos tiros mal pensados provocaron que Schultz y Johnson pudieran luchar por el rebote con cierta ventaja y que Jofresa suele jugar bien contra el Madrid. Para remate, Villacampa, que no tuvo un día rutilante, dio en la diana en el momento justo y desde la línea de 6,25 metros. Pero, dispuesto el Madrid en zona y rabiosos sus cuatro bajos -tanto o más que Branson-, el panorama podría haber sido distinto.

El Madrid está más fino de lo que parece, está a la espera, necesita hacer sangre más que nunca. La prueba definitiva vendrá dentro de unas semanas. El Joventut lleva dos victorias en el pabellón, pero ¿y en Badalona?

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