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Ángel Nieto :"No trato de entrar en la historia"

El trece veces campeón mundial se prepara para correr en 250 cc la próxima temporada

Ángel Nieto habla y habla sin parar, mientras salpica su conversación con un amplísimo repertorio de risas. Van desde la carcajada, con una especie de convulsión que le contorsiona todo el cuerpo, y que suele acompañarse con una palmada como de aplauso, o con un golpe en la superficie que tenga más próxima, a otra silenciosa, casi muda, en la qué abre la boca como si fuera a soltar una carcajada, pero se queda como sin aliento. Todo el cuerpo de Ángel Nieto forma parte de su conversación."En Ibiza no te conoce nadie, tío. Aquí pasas desapercibido. Se puede hacer lo que se quiera, porque nadie se preocupa de lo que hacen los demás. Al terminar la carrera de Silverstone, con el título mundial en el bolsillo, yo podría haber pasado por Madrid, y haberme quedado un par de días para saborear el éxito y hacerme autopromoción. Hace unos años lo habría hecho. Ahora ya no. Ahora paso, tío. Ya no puedo ser más popular de lo que soy. Además, la gente me quiere, y yo eso lo noto. ¿Qué voy a ganar con promocionarme más? Prefiero descansar, abstraerme. Venirme a Ibiza donde no me conoce nadie, donde la gente pasa de mí".

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La temporada que hoy termina ha tenido varios momentos culminantes para el piloto español. Uno de ellos fue en España, en el Jarama, donde se impuso a Lazzarini -"que ese día tenía mejor su moto que la mía"- después de realizar una pésima salida, alcanzarle cuando comenzó a llover -"si no llueve no le cojo, pero se arrugó con el agua y yo tiré a morir"- y pasarle después en una curva, por un trazado imposible, a base de fabricar un hueco que no existía, para intimidar al italiano y demostrarle quién iba a ganar.

Otro de los momentos especiales de la temporada fue el Gran Premio de la RFA. Los directores de Garelli le pidieron, por favor que para mejorar la armonía del equipo y para contentar a la Prensa y aficionados italianos, dejara ganar a Lazzarini. Aceptó. Se colocó detrás de Lazzarini, dejándo se llevar al ritmo del italiano.

"Pero rodaba muy lento. Nos pasó Vitali y se fue. En unas vueltas, su ventaja era enorme. Empecé a preocuparme. En uno de los pasos por meta hice señas al box para que se dieran cuenta de la gravedad del momento. Me dijeron entonces que me fuera. Tiré todo lo que pude y alcancé a Vitali. Al llevarme a su rueda se puso nervioso, y se cayó. Me quedé entonces en cabeza y solo, y decidí esperar a Lazzarini. Ya no podía pedírseme más. Esperé a Lazzarini y le dejé pasar. Pero como no rodábamos suficientemente rápido, nos alcanzaron los que venían detrás. Cuando ya sólo faltaba una vuelta hice otra vez señas al box, y me dieron vía libre. Forcé y gané".

En la última carrera, en Silverstone, cuando ya habían sacado el cartel de tres minutos previo a la salida, el campeón español se apoyó fuerte sobre el manillar y el de la derecha se rompió.

"Si hubiese pasado poco -después, ya en carrera, me doy un palo que ni me encuentran. Me fui al director de carrera y le grité que retrasara algo la salida, mientras le enseñaba el manillar roto. No me hizo ni caso. Nadie de la parrilla se movió para ayudarme. Ni siquiera Lazzarini, aunque, yo sí lo he hecho por él y por otros. Pero como había algunos amigos justo al bor de de la Pista, les llamé a todos e invadieron la pista. Les mandaban marcharse de allí, pero se revolvían y seguían en medio. Se trataba de retrasar la salida como fuera, mientras mis mecánicos cambiaban el manillar, que es una operación que requiere cierto tiempo. Yo saqué el depósito de la moto, para facilitar la operación, y lo tiré en medio de la pista".

"Tiré también todo el contenido de una de las cajas de herramientas de mis mecánicos. Aquello era impresionante. La parrilla se llenó de tuercas, tornillos y herramientas, que la organización retiraba lentamente, mientras, a toda velocidad, entre varios mecánicos y yo que seguía con. el mono de cuero y el casco puestos, cambiábamos el manillar. Pero lo conseguimos. Cuando terminamos, yo estaba jadeando. Por dentro de mi casco y del mono de cuero me corría el sudor como si estuviese en una sauna. Me parecía imposible correr así, en esas condiciones, pero recordé que, precisamente en Gran Bretaña, yo corrí hace unos años con las piernas y la pelvis rotas, después de que me subieran a la moto como si fuera un jockey, y gané. Durante las primeras vueltas, creía que el corazón se me saldría por la boca. Pero aguantó en su sitio y, al final, gané y Lazzarini no terminó, con lo que gané el título".

Su objetivo para la próxima temporada es el de pasarse a la categoría de 250cc. Ángel Nieto ha pensado largamente la operación. Le gustaría correr en dos y medio, porque es una categoría muy abierta y muy competida, con media docena de pilotos que se disputan cada victoria metro a metro, segundo a segundo.

Para poder hacerlo, el español necesita una moto pequeña, ligera de peso y manejable, adaptada a su tamaño. Y eso lo tiene ya. Le falta un motor en condiciones para terminar de tener una auténtica moto de carreras. Si su mecánico trabaja para lograr el objetivo. "Mi mecánico es el mejor del mundo, tío. El número uno. El mayor genio de las motos está conmigo. Con él tendré la moto que necesito, y con esa moto, que se preparen los demás, que van a saber lo que es bueno. Es pequeñita. Como una 125cc. Es un juguete. Como vaya bien..." y parece que se le escapa el pensamieto hacia adelante, "ganar el mundial de 250cc es muy fuerte. Ser campeón del mundo en 50cc, 125cc y 250cc no lo ha hecho nadie jamás".

Su duda estriba en la posibilidad de simultanear dos categorías, la de 125cc y la de 250cc. Asegurar, dentro de lo posible, un título más en 125cc, mientras no lleguen los resultados de la dos y medio. De paso, si las cosas se le dieran bien, sería posible hasta conseguir dos títulos de golpe y ponerse a la misma altura que Agostini, con 15 campeonatos del mundo.

A Nieto no le preocupa alcanzar o superar la marca de Agostini."¿De qué vale eso? ¿Qué ganaría yo? ¿En qué voy a mejorar? En nada. En realidad, no vale para nada, tío. ¿De que le sirve ahora a Napoleón estar en la historia? ¿ Qué gana él Con eso? ¿Iba a cambiar yo en algo por tener dos o tres títulos más?".

Tiene 37 años años, pero hace planes para la próxima temporada y, por lo menos, otra más. Su problema es que, para correr en dos categorías, 125cc y 250cc, tendría que prepararse mucho fisicamente. "Llevo veintitantos años que no hago otra cosa. Y es muy duro, de verdad. Aunque compense después -que eso nunca se sabe con anterioridad-, es muy duro. Para mí, ahora, tener dos títulos m ndiales más está bien, pero no se si me compensaría. Ni siquiera creo que lo pretenda. Si lo pretendiera de verdad, si fuera mi objetivo por alguna razón, lo haría. No tendría más que pedirle a Garelli que me dejara libertad para correr en la categoría de 80cc con otra marca, y ofrecerme a la mejor sin pedir dinero. ¿Quién me iba a negar la moto en esas condiciones? De hecho, cuando abandoné la categoría de 50cc lo hice porque quise. Me aburría. No tenía aliciente. A mí me gusta ganar, pero que haya competencia. Pero si hubiera seguido en 50cc un par de temporadas más, ya tendría los 15 títulos mundiales de Agostini. Sólo que ese nunca ha sido mi objetivo".

Es muy bajito

El tiempo ha hecho más reflexivo al campeón español. Ángel Nieto sigue con la misma efervescencia de siempre. No puede parar quieto. Trata de hacer siempre varias cosas al mismo tiempo. Se mueve nerviosamente por todas partes, durante horas, de forma infatigable. "Es que tiene las pilas más cargadas que el resto de la gente", dicen de él los que le conocen bien. Pero ahora pasa de muchas cosas. En Ibiza (pese a que dice que no le conoce nadie y que pasa inadvertido), después de ser saludado por todos los que se le cruzan en el puerto hastar llega,a su imponente lancha, y por todos los que se le encuentran cualquiera que sea la cala de su destino , Ángel Nieto recuerda lo que ha cambiádo para él el efecto de su enorme popularidad."Hace algún tiempo, a mí me pasaba que cuando iba andando por la calle la gente me reconocía. Algunos me saludaban. Me daban la mano, o un golpecito en el hombro, o en la espalda. Me decían: 'Adiós, Ángel. Enhorabuena, Ángel'. Siempre Ángel. La gente me ha llamado siempre Ángel, por mi nombre, nunca por mi apellido. Eso me parece que es bonito. Y eso sigue igual. Nada ha cambiado. Las mismas palmaditas, los mismos saludos. Pero antes, a veces, yo les oía comentarios como: 'Fíjate, es Ángel Nieto. Pues es muy bajito'. O también eso de 'es más bajito de lo que me imaginaba'. Y eso me ponía negro. Llegué a comprarme zapatos con tacones más altos, para intentar crecer, para parecer más alto. Ahora me da igual, tío. Ahora voy en playeras, y soy feliz".

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