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Ingresa en prisión el diputado foral navarro Iñaki Aldekoa por presunta vinculación con ETAm

El parlamentario foral navarro de Herri Batasuna (HB) Iñaki Aldekoa ha ingresado de nuevo en prisión para cumplir los dos años que le restan de la condena que le fue impuesta por la sección tercera de la Audiencia Nacional -ratificada recientemente por el Tribunal Supremo- por su supuesta relación con ETA Militar. Aldekoa, que ha permanecido prácticamente un año en la cárcel, de los tres a que fue condenado, se encontraba en libertad desde abril de 1983.Iñaki Aldelcoa fue detenido en Pamplona el 20 de abril de 1982, pocos días después de que tuviera lugar un atentado contra una tanqueta de la Policía Nacional que causó la muerte a uno de sus ocupantes y heridas de diversa consideración a otras seis personas.

'Encubridor de encubridor'

La organización terrorista ETA Militar se responsabilizó de la autoría de este atentado. El parlamentario de HB, que estuvo internado en la prisión de Alcalá de Henares, fue juzgado en marzo de 1983 y condenado a tres años de cárcel por "encubridor de encubridor".La condena de tres años impuesta por la Audiencia Nacional al representante de HB fue recurrida por éste ante el Tribunal Supremo, órgano que, sin embargo ratificó la sentencia. A Aldekoa, según declaró en conferencia de prensa celebrada ayer en Pamplona, no le ha extrañado demasiado la ratificación de la condena porque, en su opinión, "el Tribunal Supremo, como todos sabemos, es en estos momentos la quintaesencia de los nostálgicos del franquismo en estado ideológico puro. El Tribunal Supremo se permite el poner firme al Tribunal Constitucional, y de él se puede esperar cualquier cosa y que confirme este tipo de sentencia". "Voy a volver a la cárcel -añadió Iñaki Aldekoa-. Para mí es un verdadero honor volver a estar junto con mis compañeros. Mi caso es una gota de agua, y aunque creo que será duro, no voy a magnificar mi situación".

El parlamentario navarro aludió además en esta conferencia de prensa a la situación de los presos vascos ("que son moneda de cambio y que están allí como rehenes") y a los refugiados, de los que dijo que "están siendo objeto de una verdadera caza y exterminio por parte de los pistoleros, que todos sabemos para quién trabajan", en clara alusión a los GAL.

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