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La OPEP da libertad para producir petróleo conforme al mercado

La intolerancia y la competencia mutua por los clientes se impusieron a la solidaridad e impidieron el acuerdo en la 65ª Conferencia Extraordinaria de ministros del Petróleo de la OPEP celebrada el 9 y el 10 de julio en Viena, para decidir sobre la producción de crudo y suspendida sin resultado.El acuerdo estuvo próximo durante la maratoniana sesión que se prolongó hasta casi la medianoche del sábado -el borrador había sido redactado- y se rompió por un pelo a causa de las desavenencias internas de Irán con Arabía Saudí e Irak, por una parte, y de Arabia Saudí y países del golfo con Libia, por otra, según fuentes de una de las delegaciones.

La presencia del ministro de Petróleo de Arabla Saudí, jeque Yamani, sustituido en Viena por un viceministro, hubiera podido salvar la reunión, opinaban estas fuentes, para las cuales sólo cabe esperar ahora que el mercado del petróleo de la señal de alarma y obligue a la disciplina no conseguida en Viena.

El precio oficial de referencia de 34 dólares por barril, correspondiente al crudo arábigo ligero, es el único elemento que se mantiene fijo, en teoría, al término de la conferencia extraordinaria. Las decisiones tomadas en marzo en la capital austríaca y ratificadas en mayo, en Quito, para evitar la caída de los precios, es decir, el techo global de producción, las cotas de los distintos países y los diferenciales de precio, según la calidad del crudo, están "en estudio" hasta que una nueva conferencia extraordinaria decida sobre ello. Mientras tanto, la OPEP ha dado libertad a sus miembros para producir "de acuerdo con la situación en el mercado y su sentido de la responsabilidad", según el secretario general de la organización, Mare Nam Nguema. La evolución del mercado en las próximas semanas podría obligar a la OPEP a bajar los precios oficiales del crudo, dado que el actual desequilibrio entre oferta y demanda es susceptible de aumentar con la ruptura de los compromisos adoptados para la limitación de la producción.

La defensa de los precios aparece en la actualidad como la tarea más difícil de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, lastrada por el descenso del consumo del petróleo en los países industrializados, las necesidades de algunos miembros de obtener beneficios rápidos por la venta del petróleo y el proceso de liberación de existencias por parte de las compañías petroleras.

El conflicto entre Arabia Saudí y Libia se ha centrado en los diferenciales de calidad. Los saudís producen por debajo de su cota fijada en siete millones de barriles diarios y quieren que Libia incremente el suplemento de sus crudos ligeros de mayor calidad. Los libios se negaron en Viena a encarecer su petróleo y a rebajar su producción que actualmente rebasa su cota fijada en 0,75 millones de barriles diarios.

La discusión entre los representantes de Libia y Arabia Saudí fue especialmente larga y dura, afirmaron fuentes de la conferencia.

Irán, por su parte, quiere aumentar la producción hasta tres millones de barriles diarios a costa de otros países. Sobre el techo global de producción existe un consenso amplio en la OPEP, según Marc Nam Nguema, pero la cifra de este techo está por determinar, una vez reconocido que la cantidad de 17,5 millones de barriles diarios fijada ha sido desbordada en más de 500.000 barriles.

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