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El Parlamento asturiano rechaza el informe Kawasaki sobre la siderurgia integral

Mientras destacados dirigentes de UCD de Asturias, inequívocamente suaristas, no dudaban ayer en privado de criticar severamente la política siderúrgica del ministro de Industria, Ignacio Bayón, y comentaban incluso la posibilidad de solicitar su dimisión, la Junta General del Principado, o Parlamento Regional, acordó, por unanimidad, rechazar de forma categórica la recomendación del informe Kawasaki sobre la reestructuración del sector siderúrgico integral, claramente lesivas para el futuro de Ensidesa y de Altos Hornos de Vizcaya, e instar a la comisión coordinadora creada al objeto para proponer al Gobierno las ideas maestras de dicha reestructuración, para que cumpla los acuerdos tripartitos suscritos al respecto por las empresas, los sindicatos y la propia Administración.

Por otro lado, ayer se reunió en Madrid la comisión de seguimiento de la siderurgia integral, compuesta por la Administración y las tres siderugias integrales españolas, para estudiar el polémico informe. El documento fue defendido por sus elaboradores, los técnicos japoneses, que explicaron la metodología seguida en su redacción y conclusiones.El pleno de la Asamblea Parlamentaria celebrado en la mañana de ayer en Oviedo se inició con una comunicación del Consejo de Gobierno, integrado por socialistas y un comunista, que fue calificada de tímida por Enrique López, portavoz de UCD, destacado empresario del sector textil y próximo miembro del consejo de administración de Ensidesa, nombrado por la Junta asturiana.

La intervención más dura de todas fue la del portavoz alianzista, Francisco Alvarez Cascos, quien reprochó debilidad e ineficacia a los partidos mayoritarios, PSOE y UCI), en la defensa de Ensidesa y llegó a proponer el traslado del tren en frío de Altos Hornos del Mediterráneo, el más moderno de Europa, a Ensidesa, iniciativa que fue considerada disparatada por José Manuel Suárez, portavoz socialista y dirigente de UGT.

El PCE no se alejó de los planteamientos socialistas, aunque reivindicó la paternidad del despertar de la inquietud que dio origen a las movilizaciones promovidas por CC OO y UGT en cuanto se percataron de la amenaza que se cernía sobre Ensidesa, la primera empresa siderúrgica integral española, que representa el 30% del valor añadido bruto industrial de la región asturiana.

Después de un largo debate, con acusaciones mutuas de apatía y de falta de iniciativa, salieron malparados el actual presidente de Ensidesa, Luis Rodríguez Castellá; el director general, Manuel Alvarez, y, de modo singular, el ministro de Industria, Ignacio Bayón, quien ni siquiera fue defendido por su partido.

Finalmente, los cuatro partidos suscribieron una resolución conjunta que denuncia el desprecio, por la firma Kawasaki, del acuerdo tripartito suscrito en 1981 sobre la reestructuración del sector siderúrgico integral, según el cual se crearían dos acerías y un tren de bandas en caliente. En las negociaciones que precedieron al citado acuerdo surgió ya la polémica sobre la ubicación de este tren, pero nadie puso en duda la necesidad de instalar una nueva acería en Avilés, para sustituir las tres actuales, muy obsoletas, mientras que Kawasaki recomienda ahora el parcheo de éstas.

En consecuencia, la Junta General del Principado acordó instar a la comisión coordinadora del sector siderúrgico integral a proponer los planes de reindustrialización que tengan como finalidad alcanzar niveles de tecnología, calidad y costes internacionales, asegurando la competitividad de la industria siderúrgica integral mediante la definición de programas de inversión y financiación, así como el destino de las nuevas instalaciones.

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