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CANARIAS

Se cumple un año de la misteriosa desaparición del "Mencey de Abona" en aguas del Sahara

Un año ha transcurrido desde que se dio por desaparecido al pequeño pesquero canario Mencey de Abona en aguas del Sahara. A pesar del intenso rastreo de tres patrulleras de la Armada española en los meses de diciembre de 1980 y enero de 1981, no se pudo localizar el menor objeto que pudiera pertenecer al banco artesanal canario.

Sólo se encontraron dos cadáveres. Uno se logró identificar, pero el segundo fue imposible, debido a su estado de descomposición, en extrañas circunstancias. A pesar de todo, los familiares de los pescadores desaparecidos, que viven sometidos a una angustia permanente, tienen la esperanza de que vuelvan algún día.El Mencey de Abona salió del puerto de Las Palmas el día 28 de octubre del pasado año, con destino al banco sahariano, para realizar una marea. Así se denomina el período en que faenan -de unos veinte días-. El pequeño artesanal fue visto por última vez el día 10 de noviembre, frente a las costas del Sahara: al parecer, un buque de la Armada española lo encontró faenando en aguas prohibidas y le advirtió que tenía que salir inmediatamente del lugar. Desde este día se perdió todo contacto con el Mencey de Abon.

Posteriormente, el 16 de noviembre, fue encontrado flotando en aguas del Sahara el cadáver del tripulante Domingo Quintana, localizado por el pesquero español Sabemar, a unas dieciséis millas de la costa Güera, atado de pies y manos y con síntomas en el cuello de haber sido ahorcado.

A pesar de que en aquel momento la familia de este tripulante, de 35 años, se resistió a creer que fuera su cadáver, el juez de la Comandancia Militar de Marina confirmó que era Domingo Quintana por el exhaustivo examen de sus huellas dactilares. Además, se comprobó que las cuerdas que tenía atadas a los pies y manos pertenecían al Mencey de Abona. En los círculos portuarios de Las Palmas se rumoreó que podría haberse tratado de un ajuste de cuentas, pero esta posibilidad fue descartada, ya que este marinero era una persona ampliamente conocida por su buen carácter y nunca tuvo problema con sus compañeros.

Un nuevo cadáver

Algo más de un mes después del hallazgo del cuerpo de Domingo Quintana, concretamente el 26 de diciembre, un barco coreano extrajo del agua en las redes de pesca el cadáver de un hombre, de una estatura aproximada a los 1,75 metros, también atado de pies y manos. Inmediatamente después de ser encontrado el cadáver, el capitán del pesquero coreano dio parte a las autoridades de Marina de Marruecos, quienes, ante el avanzado estado de descomposición, recomendaron que fuese arrojado nuevamente al mar, envuelto en un toldo y con lastre.Al preguntar a las autoridades marroquíes si este cadáver podía tener relación con la desaparición del pesquero, afirmaron que desconocían por completo el caso del Mencey de Abona y que «ninguna autoridad española ha comunicado oficialmente a Marruecos este hecho».

En torno a la suerte del Mencey de Abona se comentan distintas versiones, aunque todas carecen de consistencia. Algunas apuntan que el pequeño artesanal pudiera traficar con armas y que fue volado con dinamita en la zona de La Güera.

José Coello, padre de dos tripulantes que iban en el Mencey, los hermanos Manuel y José Carlos, de veinticinco y veintiocho años, afirma que «el barco se encontraba faenando en noviembre del año pasado entre cabo Barbas y Villalobos, junto a otros pesqueros; desapareció de la noche a la mañana sin dejar rastro.

Es imposible saber lo que ocurrió. Quizá fueron atacados o tuvieron alguna avería y se acercaron a la orilla. Me consta que el patrón del Mencey conocía perfectamente la zona».

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