Adolfo Suarez anuncia que defenderá un sistema electoral mayoritario de listas abiertas
El presidente del Gobierno y de Unión de Centro Democrático (UCD), Adolfo Suárez, salió ayer de su silencio sobre el II Congreso centrista mediante unas declaraciones a la agencia oficial Efe en las que apela a la voluntad mayoritaria del partido y anticipa su propósito de encabezar una lista al comité ejecutivo de UCD y de renunciar a «una votación uninominal, sin alternativa». El presidente Adolfo Suárez anuncia también que defenderá listas abiertas, es decir, que los compromisarios puedan combinar los candidatos de todas ellas.
«Querría expresar un punto de vista personal. Me propongo impulsar una sincera y desinteresada democratización de UCD y luchar por todos los medios para que la renovación de los órganos estatutarios corresponda a la voluntad mayoritaria del partido».«En concreto, me propongo defender un sistema mayoritario de listas abiertas que permita que sean elegidos aquellos candidatos que cuenten con más apoyo de los compromisarlos. Tenemos que hacer un gran esfuerzo para que en este segundo congreso de UCD se tomen las decisiones imprescindibles para la revitalización del partido y se proyecte un mensaje de esperanza a toda la sociedad española para la recuperación de todos los valores esenciales de la vida en libertad». Así se expresó ayer el presidente Adolfo Suárez, en su condición de líder de UCD, contestando a unas preguntas formuladas por un redactor de Efe.
«No deseo someterme a una votación uninominal, sin alternativa. Por ello, me propongo también encabezar una lista al comité ejecutivo». «Durante una etapa», dijo Suárez en respuesta a una pregunta sobre las críticas relativas al funcionamiento de determinados órganos de dirección del partido, « ha podido ser necesaria una cierta personalización. Era necesario cohesionar y aglutinar firmemente el partido. Hoy las necesidades son muy diferentes. UCD es un partido fuerte y vigoroso. Su unidad está asegurada. Por tanto, no hay razón alguna para la acumulación de poderes y responsabilidades, especialmente en cuestión de listas».
A otra pregunta sobre las razones de esta iniciativa, Suárez contestó: «Me siento depositario de un profundo compromiso ético. Un partido es siempre fruto del esfuerzo colectivo y no de una aportación individual. Un partido, por tanto, como la propia sociedad, debe tener una clara capacidad de integrar y manifestar su pluralismo o diversidad interna. UCD ha sabido asumir la dimensión histórica de sus actos y decisiones. Hoy esta grandeza pasa por un esfuerzo de autenticidad, es decir, por la asunción plena de responsabilidades. Entiendo que como dirigente del partido tengo que proponer lo que mejor responda a las necesidades de UCD y dedicar mi esfuerzo a persuadir y convencer para que prosperen las tesis que considero más adecuadas en cada momento histórico. Tenemos la obligación de efectuar un intenso rearme moral, y a tal fin es preciso una gran capacidad de autocrítica».
A otra pregunta en torno a las cuestiones de fondo que se van a discutir en el segundo congreso de UCD, Adolfo Suárez dijo: «Existen, evidentemente, unos riesgos de desnaturalización que hay que evitar. En este sentido, debemos combatir cualquier pretensión que entre en contradicción con la UCD que compareció en las elecciones generales, es decir, una UCD progresista, asentada en la dialéctica de la reforma, comprometida en la justicia y depositaria de la esperanza de efectuar los cambios reales y posibles que necesíta el país. De ahí también que tratemos de conseguir que el Congreso se ocupe muy principalmente de examinar y ofrecer líneas de solución a los problemas más importantes del país, haciendo posible un programa político atractivo. Pienso que todos queremos conectar con los sentimientos del pueblo español, responder a sus urgencias y aspiraciones, demostrar que el pesimismo y el desencanto no tienen un fundamento real, y comportarnos con un inequívoco propósito de claridad y con una lógica inexorable de clarificación».
El sistema mayoritario
«Es obvio», señaló Suárez, abordando el problema de la composición de los órganos de dirección del partido, «que las tareas ejecutivas internas requieren un cierto grado de homogeneidad y coherencia en el comité ejecutivo. Por eso creo que el sistema mayoritario es el más adecuado para que se propongan opciones globales y completas, evitándose así además una dinámica de fragmentación. También es cierto, sin embargo, que la presentación de listas no debe ser obstáculo para que cada votante elija a los candidatos que considere más idóneos. Por eso pretendo también defender que las listas sean abiertas. De esta forma se abre la puerta a la autenticidad y se permite que los compromisarios, como representantes de los militantes, ejerciten una auténtica opción. Y esto por una razón muy simple: nadie debe tener capacidad para decidir lo que es bueno o malo para el país, sino los órganos definidores de la ideología y la estrategia de un partido. Por eso hay que conocer en sus grandes términos los apoyos y la representatividad de cada alternativa que se presenta. Y para eso es preciso un mecanismo de funcionamiento interno flexible que no tenga limitaciones artificiales. Porque, a fin de cuentas, un sistema electoral tiene dos funciones: canalizar las grandes corrientes de opinión y asegurar la gobemabilidad».
«Tengo la convicción de que todos aceptamos de antemano los resultados del congreso. Por ello, estoy seguro», dijo finalmente Adolfo Suárez, «que de este segundo congreso va a salir una UCD profundamente fortalecida, fiel al compromiso que tiene con sus electores y capaz de ofrecer adecuada respuesta a los más urgentes problemas del país».
